El INTA Anguil desarrolló un indicador en base a una serie de precios de diez años para tomar la decisión de aplicar urea con criterio económico. “Si la fertilidad condiciona la productividad del forraje, en general los números cierran. En ambientes favorables, conviene cuando la eficiencia agronómica supera la relación insumo/carne”, afirman. ¿Cómo utilizarlo en mi campo?
Laura Fontana.
La Ing. Agr. Laura Fontana, investigadora en pasturas del INTA Anguil, y el Ing. Agr. Héctor Lorda, extensionista de la Experimental, analizan la factibilidad de la fertilización de los verdeos de invierno más utilizados en la Región Pampeana con un criterio novedoso, que hoy comparten con Valor Carne.
“Los productores se guían por la respuesta productiva a la aplicación de urea, pero no tanto por los números. Y en un insumo con tanta volatilidad de precios, que llegaron a duplicarse en los últimos años, el forraje puede convertirse en un recurso costoso aún bajo pastoreo directo. Por otro lado, si se deja de fertilizar y baja la productividad, podría aumentar el costo por kilo de materia seca y obtenerse menos kilos de carne por hectárea”, explicó Fontana, aludiendo al dilema que la llevó a codirigir junto a Lorda una tesis de grado de la Lic. en Adm. Agr. María Luján Hernández.
La idea del estudio fue medir el resultado económico de la fertilización de los verdeos sobre el producto final que monetiza el ganadero, o sea la carne, y establecer un indicador que permita tomar la decisión teniendo en cuenta el negocio y la sustentabilidad del sistema.
El estudio
El primer paso fue determinar el costo de producción del kilo de materia seca para lo cual se realizó un ensayo que incluyó nueve variedades de cuatro especies, sembradas el 30 de marzo de 2021:
Ainara y Huilen INTA de cebada; Julieta INTA, Florencia INTA y Elizabet INTA, de avena; Don Norberto INTA y Don Ewald INTA, de centeno; y Don Santiago INTA y Ona INTA, de Triticale.
Se compararon tres niveles de fertilización: 0 (testigo), 60 y 120 kg/ha de urea granulada, aplicada al voleo al macollaje. Para los insumos se tomaron precios de proveedores locales y para el costo de las labores se utilizaron datos de unidad técnica agrícola (UTA) e índices de la Revista Márgenes Agropecuarios.
Sobre esta base se determinó el costo unitario por kilo de materia seca que es un primer orientador sobre la conveniencia o no de realizar la práctica.
“Como en 2021 el precio de la urea había llegado a valores nunca vistos, debido al contexto internacional, o sea, más de 1.000 USD/t, si agregábamos semejante costo al verdeo era sentenciar el trabajo a un resultado negativo. Por eso usamos una serie histórica de diez años con un valor promedio de unos 570 USD/t”, intercedió Lorda.
Así se determinaron tres períodos de análisis:
Período 1 (P1): de 2011 a 2014 con la urea a 0,6-0,8 USD/kg
Período 2 (P2): de 2015 a 2020, urea a 0,35 a 0,45 USD/kg.
Período 3 (P3): a partir de marzo de 2021, la urea alcanzó picos de 1,2 USD/kg.
Con estos datos se evaluó cómo la productividad adicional de forraje (como respuesta a la fertilización) afecta el costo unitario del mismo (USD/kg de MS). Para ello se relacionó el costo de implantación por hectárea con la producción total de MS para los tres períodos de análisis.
Como se observa en el cuadro, los valores positivos (rojo) indican incrementos del costo unitario del kg de forraje producido por efecto de la fertilización, mientras que los negativos o cercanos a 0 (verde), expresan una reducción o neutralidad.
“Esto marca una primera conveniencia para llevar a cabo la práctica, pero no es lo único a considerar”, comentó Fontana.
A los bifes
El segundo indicador es la llamada Eficiencia Agronómica (EAGR) que expresa los kilos de carne obtenidos como respuesta a la fertilización (con 60 y 120 kg de urea/ha), para lo cual se utilizó una conversión de 700 g de carne por cada 10 kg de MS. O sea, es un parámetro que indica la carne adicional producida por la aplicación de urea.
La siguiente tabla muestra el resultado de este indicador para todos los cultivares y sus combinaciones con las diferentes dosis de fertilizantes.
A partir de aquí el desafío era evaluar si la variación del costo unitario de la materia seca, era compensado o no por esa producción de carne adicional (EAGR).
Entonces, se monitoreó la relación insumo-producto, es decir, el precio del kilo de urea respecto del precio del kilo vivo de novillo de consumo (MAG). El promedio de P1 fue de 0,32; el de P2 de 0,24 y el de P3 de 0,35.
“En el período 2 la relación era muy buena porque el precio de la urea estaba bajo (300 USD/t) con respecto al promedio y la carne relativamente alta. En el período 3 la cotización del fertilizante se elevó a 900-1000 USD/t y la carne a se mantuvo en unos 2 USD/kg, por encima del promedio”, argumentó.
Héctor Lorda.
Finalmente, se contrastó la relación insumo-producto promedio de toda la serie con la eficiencia agronómica promedio de todas las variedades y dosis aplicadas en el ensayo.
“La idea fue establecer un umbral para tomar la decisión con criterio económico. Y éste surgió como adaptación de un indicador ya utilizado en agricultura, particularmente para el cultivo de trigo de esta región”, aclaró Lorda.
En estos verdeos se registró que en un 67 a 78% de los casos la eficiencia agronómica es superior a la relación insumo-producto, lo cual indica que la fertilización es factible económicamente.
“Por ejemplo, en el caso de las avenas la eficiencia agronómica es de unos 0,74, valor que en los tres períodos resultó superior a la relación insumo- producto (P1:0,32; P2: 0,24 y P3: 0,35), lo cual ratifica la conveniencia de la práctica”, detalló.
En mi campo
Este ensayo fue realizado en la experimental en lotes con 2% de materia orgánica, 12 ppm de fósforo y 27 kg/ha de nitratos. En un año con lluvias por debajo de lo normal se obtuvieron respuestas significativas a la fertilización en la mayor parte de los verdeos.
¿Cómo decidir la fertilización en mi campo con criterio económico? “No es tan complicado, pero el productor tiene que llevar algunos datos. Debe monitorear la relación insumo- producto y hacer el diagnóstico de la fertilidad del suelo de su lote”, aconsejó Lorda, detallando algunos tips para tener en cuenta.
En términos generales, cuando la fertilidad condiciona la productividad del forraje, los números cierran bien. “El criterio básico a tener en cuenta es que el beneficio económico se logra cuando la eficiencia agronómica es mayor que la relación insumo-producto, lo cual, como se vio en la tesis, ocurre prácticamente en el 70 a 80% de las circunstancias”, aseveró.
En cambio, “si el lote está por encima de esos contenidos de nutrientes (detallados más arriba) porque viene de una muy buena rotación (20 a 30% de las situaciones reales) y la relación insumo-producto es desventajosa, como se veía hasta marzo-abril de este año, el productor puede tomar un respiro en la práctica”, indicó.
Actualizando la serie de precios, se observa que, en marzo 2024, la urea cotizaba a 800 USD/t y la carne a unos 2 USD/kg entonces la relación insumo-producto era desfavorable (casi 0,4). “Luego, desde abril hasta hace un mes el fertilizante rondaba los 780 USD/t lo cual nos seguía ubicando en un escenario por encima del promedio de la serie. Así, con ese nivel de fertilidad, se reduce el resultado económico de la fertilización”, advirtió.
¿Qué pasa en junio? “Un dato fresco de los últimos días, es que la urea puesta en La Pampa (procedente de Bahía Blanca) cotizaría a 570 USD/t que es el nivel promedio de la serie. Entonces, con la carne a 2,14 USD/kg (por encima de los 1,82 USD/kg promedio) estaríamos en una relación insumo- producto de 0,27, muy cercana a la mejor que aparece en la tesis”, explicó Lorda.
“En definitiva, en el actual escenario de precios, estamos en muy buenas condiciones económicas para fertilizar, sobre todo considerando que las lluvias se normalizaron en este otoño de 2024 y la cantidad de agua que hay en el perfil es muy interesante”, finalizó Fontana.
Publicación de «Valor Carne» de fecha 13-06-2024