El estudio Elizalde&Riffel actualizó los resultados de la actividad y confirmó que en encierres chicos, los mayores márgenes se obtienen armando la comida a base de maíz y afrechillo y suministrándola mediante autoconsumo. En los que superan las 2.000 cabezas el beneficio se maximiza con la provisión diaria.
Los especialistas Juan Elizalde y Sebastián Riffel estimaron los resultados económicos de establecimientos de engorde a corral de diferentes escalas, con dos tipos de raciones suministradas mediante autoconsumo y en forma diaria, análisis que llevan desde hace varios años en base a datos técnicos promedio de la región pampeana.
Este trabajo se enmarca en la gran difusión entre los planteos de tamaño chico a intermedio de esquemas de alimentación enfocados en la utilización de silos o comederos de autoconsumo, dada la menor necesidad de personal. Sin embargo, muchas veces se emplean dietas a base de maíz y concentrados proteicos, cuando se podrían armar raciones de la misma simplicidad con subproductos como el afrechillo de trigo y la cascarilla de soja, entre otros, que se consiguen a precios más convenientes.
Es decir, lo que se buscó con este análisis es dilucidar si la ventaja de la reducción de los costos operativos se anula o disminuye por los mayores costos en alimentos. La idea es tomar mejores decisiones en un negocio que de por sí tiene márgenes muy reducidos.
Ración vs suministro
Se comparó el sistema de suministro (autoconsumo versus oferta diaria) y el tipo de ración (maíz-concentrado proteico versus maíz-afrechillo de trigo-premix), en diferentes tamaños de engorde a corral, asumiendo que la eficiencia de conversión es la misma en todos los casos.
Los costos operativos fueron estimados para escalas de 500 a 2.000 cabezas/año, considerando la diferencia en el tiempo efectivo de trabajo del personal entre los sistemas de ofrecimiento. En el caso del autoconsumo se tuvo en cuenta el suministro semanal más la observación diaria de los comederos.
Tal como se advierte en el gráfico, los costos operativos de los esquemas de autoconsumo son inferiores respecto al suministro diario de ambos tipos de raciones para escalas chicas, aunque la tendencia cambia a partir de las 1.000 cabezas. Esto se debe a que llenar muchos silos de autoconsumo requiere preparar la ración en un mixer, llevarla hasta los silos y cargarlos con chimango, lo cual demanda más personal y más tiempo operativo que el suministro diario.
Por lo tanto, se cumple con la presunción de que la alimentación con silos de autoconsumo resulta más conveniente desde el punto de vista de los costos operativos, como se dijo, sólo para establecimientos de menos de 1.000 cabezas. Pero esto no significa que se trate de un sistema de mejor resultado económico, debiéndose analizar además el valor de las raciones.
Mirada integral
Para hacer las comparaciones, el costo de la ración fue calculado en función de los precios actuales de las materias primas utilizadas en ambos esquemas, considerando maíz propio y los otros insumos comprados a valores de mercado ($5.051/ton MS para maíz-concentrado proteico y $4.533/ton MS para maíz-afrechillo).
La categoría de engorde simulada fue el novillito liviano (180 a 330 kg) y los precios de compra y venta fueron $42/kg y $45/kg respectivamente (julio de 2018). Los gastos comerciales (incluyen fletes y comisiones) fueron del 7% y 6% para la compra y la venta, respectivamente.
Los resultados económicos están a la vista:
– Mientras el promedio del margen de las raciones de maíz-concentrado proteico fue de -352 $/cabeza, el de maíz-afrechillo fue de 98 $/cabeza (450 $ de diferencia). En tanto, el promedio del margen con autoconsumo versus el suministro diario fue -56 $/cabeza y -198 $/cabeza, respectivamente (142 $ de diferencia). Por lo tanto, y en coincidencia con los resultados del 2017, el tipo de ración es más determinante que el sistema de suministro sobre los resultados económicos.
– Sin embargo, estos resultados están también afectados por la escala del engorde. En escalas muy chicas (500 cab) los márgenes son desfavorables salvo para la combinación autoconsumo con maíz-afrechillo que tiene la ventaja de los bajos costos operativos y la ración más barata.
– En escalas mayores a 1.000 cabezas los resultados son positivos en los sistemas que utilizan maíz–afrechillo y negativos en los de maíz–concentrado proteico, independientemente del método de suministro. Los márgenes más bajos se obtienen con el sistema maíz-concentrado, siendo peor si es suministrado en autoconsumo.
– El margen es mejor en el autoconsumo de maíz-afrechillo respecto al suministro diario hasta una escala de 1.000 cabezas inclusive (157 $/cab versus -297 $/cab para autoconsumo versus diario, respectivamente), aunque esto se invierte con escalas mayores (2.000 cabezas) donde el suministro diario es mejor que el autoconsumo ($ 357 versus 235 $/cabeza, respectivamente).
Priorizar la ración
Los resultados del 2018, así como los del 2017, demuestran que si se quiere mejorar el margen económico en primera instancia hay que poder elegir y manejar la ración.
La diferencia de $450/cab a favor de la ración maíz–afrechillo versus maíz- concentrado genera un monto adicional de $450.000 para un encierre de 1.000 cabezas por año. Esta cifra supera holgadamente el valor de un mixer de 5 metros cúbicos necesario para esta escala o bien el valor de un sueldo de un empleado calificado. De esta forma se podría comenzar a fabricar la ración en el campo y capturar mejores resultados.
En síntesis, el tipo de ración tiene más peso que el sistema de suministro. Las raciones basadas en maíz-concentrado proteico generan resultados económicos negativos o márgenes muy reducidos, independientemente de la escala y del sistema de suministro. En escalas chicas, la mejor combinación consiste en fabricar una ración simple con maíz-afrechillo y luego brindarla en silo autoconsumo.
Por: Ing. Agr., M. Sci. Sebastián L. Riffel
Ing. Agr., M. Sci., Ph.D. Juan C. Elizalde
Publicaciòn de «Valor Carne» de fecha 31/08/2018