Por primera vez en más de 10 años, el valor del novillo de exportación supera entre
siete y 10 por ciento al novillito de “feedlot”.
Por Ignacio Iriarte/AGROVOZ especial para Clarín Rural
Ya se estarían dando algunas señales para que aumente el peso medio de faena y para
que aumente el número de novillos elegibles para exportación. La cotización del novillito de
invernada (280 a 320 kilos) recriado y trazado, apto para feedlot, y ser destinado a Cuota
481 o algún otro mercado externo, achicó en los últimos dos meses la fuerte brecha que
tenía con el ternero de invernada de 200 kilos. Esto estimularía la recría, sin sufrir un
castigo en el precio.
La mayoría de los frigoríficos de exportación están hoy incrementando el número de
novillos encerrados de su propiedad. Esa mayor demanda por invernada pesada presiona
sobre una categoría –macho trazado de 280 a 300 kilos, que en la Argentina es escasa.
Existen también estímulos para recriar la vaquillona y llevarla a 400 kilos o un peso mayor.
Es una categoría hoy muy buscada por la calidad de carne que rinde y porque reemplaza
en muchos casos al novillo de consumo o al novillo liviano de exportación, hoy insuficiente
frente a las oportunidades de venta al exterior.
Recría, a pleno
El bajo precio relativo de la ternera de invernada, y la falta de interés de los feedlots por
ésta está llevando a que muchos ganaderos la recríen a pasto. El resultado final es un
animal más pesado al momento de la faena. En muchos campos mixtos, ante el elevado
costo de oportunidad del grano, se está extendiendo la recría (kilos baratos) sobre
praderas o verdeos.
Por último, el mejor precio en gancho del novillo pesado con trazabilidad, en relación al
novillito de consumo, está llevando a que muchos invernadores, que se cansaron en los
últimos años de la burocracia oficial, vuelvan hoy a cuidar la trazabilidad. Por primera vez
en más de una década y media, el valor del novillo pesado en gancho, apto para
exportación, vale hasta un siete a 10 por ciento más que el novillito típico de consumo
proveniente del feedlot.
El peso medio de faena ha pasado, en el último año y medio, de los 225 a los 231 kilos, y
esta tendencia podría acentuarse en los próximos meses y años. Partimos de pesos de
faena muy bajos.
Mortandad
A nivel nacional hay pocos estudios actualizados sobre la mortandad de ganado adulto. La
mayoría de los ganaderos desconoce este índice para su establecimiento y en muchos
casos tiende a subestimarlo o directamente a ignorarlo.
De varias encuestas entre productores que hemos hecho en los últimos meses se
desprende que en el caso de las vacas, la mortandad se ubicaría en un piso de 1,5 a dos
por ciento anual, según las regiones y el nivel tecnológico de los campos. En los años
ganaderos 2016/2017 y 2017/2018, la mortandad de vacas, sea por las inundaciones o por
la seca, fue muy elevada. Durante el último año ganadero, terminado en marzo pasado, la
mortandad de vacas fue muy superior a la habitual y su faena fue muy alta.
Pese a todo esto, al finalizar el ejercicio se encontraron 500 mil vacas más en el rodeo
nacional. En el año 2017/2018, sobre un stock inicial (marzo 2017) de 23,4 millones de
vacas se faenaron 2,2 millones, lo que agregado a una mortandad estimada de unas 800
mil cabezas habría dado una “salida” del stock de 3 millones de vacas. Pese a todo esto,
se contabilizaron 500 mil vacas más a marzo del 2018. Durante el año ganadero en curso,
la faena de vacas subió 21,5 por ciento, lo que representa 2,65 millones de cabezas. Pero
al mismo tiempo la ausencia de graves adversidades climáticas permite proyectar que la
mortandad debería reducirse.
Publicaciòn de «Clarin» de fecha 21-11-2018