Esta herramienta reduce significativamente los tiempos respecto de los métodos
tradicionales. Trabajan investigadores del CONICET y argentinos residentes en
EEUU. Los detalles.
Por Solana Sommantico
Desde el Conicet, indicaron que la tendencia del aumento de la población mundial y las estimaciones
acerca de su demanda alimenticia mantienen atentos a varios grupos
de investigación dedicados a conseguir herramientas que permitan
incrementar de manera significativa, la generación de alimentos para
satisfacer esas necesidades.
Entre ellos, se encuentran expertos del Departamento de Ciencia Animal
de la Universidad de California, Davis, Estados Unidos, dirigidos por el investigador
argentino Pablo Ross, y el Instituto de Genética Veterinaria “Ing. Fernando Noel Dulout”
(IGEVET, CONICET-UNLP) quienes acaban de publicar un trabajo en la prestigiosa revista
científica Biology of Reproduction en el que proponen una nueva estrategia de cría in vitro,
es decir en laboratorio (IVB, por In vitro breeding) para el mejoramiento animal que
optimizaría, por ejemplo, la producción de leche y carne. Su principal ventaja es la marcada
reducción de los tiempos respecto de los métodos tradicionales.
“El esquema que proponemos se basa en tres ejes”, comentó el investigador argentino y
primer autor del trabajo Daniel Goszczynski, quien actualmente realiza su posdoctorado en
el espacio de investigación norteamericano.
El especialista dijo que “el paso inicial es establecer cultivos de células madre estables, es
decir aquellas que mantienen sus características a lo largo del tiempo, a partir de
embriones de especies ganaderas. Después de décadas de intentos infructuosos de parte
de expertos de todo el mundo, recientemente el laboratorio del doctor Ross fue el primero
en lograrlo a partir de embriones de vacas, aunque la estrategia de mejora que postulamos
sería aplicable a otros tipos de ganado como el ovino o porcino, por ejemplo, en cuanto la
tecnología esté disponible”, explicó.
Según Goszczynski, bajo los estímulos adecuados esas células madre se pueden
diferenciar o convertir en tipos celulares específicos: “Ese es el segundo paso de la
estrategia que proponemos; convertirlas en células sexuales, es decir en esperma y óvulos,
con lo que se lograría acelerar los procesos biológicos al generar desde un embrión lo que
el animal recién hace cuando llega a la pubertad”, subrayó.
Asimismo, remarca que ya existen trabajos en ese sentido que fueron realizados
exitosamente en ratones, en los que ese pasaje de célula madre embrionaria a sexual
tarda de 3 a 4 meses. “Si uno extrapola esto al ganado bovino, se reducirían
ostensiblemente los tiempos, ya que se evitaría el proceso de gestación, que en las vacas
es de 9 meses, más el año y medio de llegada a la pubertad. Entonces en 3 o 4 meses
produciríamos esperma y óvulos, cuando naturalmente eso no ocurriría en menos de 2
años y medio”, afirmó.
La tercera fase que describe, es la combinación de las dos anteriores con una tecnología
en la que el IGEVET es pionero a nivel nacional y latinoamericano: la selección genómica.
“Es un método que se utiliza en todo el mundo para mejorar ganado de distintas especies y
en donde más probado e implementado está es en la producción lechera”, cuenta
Sebastián Demyda-Peyrás, investigador adjunto del CONICET en ese instituto.
Se basa en una plataforma digital llamada microarrays que permite evaluar miles de
variantes genéticas de forma eficiente y barata. El espacio de investigación platense cuenta
con un grupo y un área de trabajo dedicados a su desarrollo e implementación en el área
agropecuaria.
“El objetivo de la selección genómica es elegir individuos con alto potencial genético para
mejorar la siguiente generación sin tener registros de performance de esos animales.
Muchas veces hacerlo en base a su performance es muy costoso en términos de tiempo y
dinero, o porque la medición requiere sacrificarlos, como es el caso de la carne. Poder
seleccionarlos en base a su genética con una alta precisión es una ventaja”, destacó
Goszczynski.
Según explicó, “al no tener registros, esta selección se basa en estimaciones realizadas en
una población de referencia similar, para la cual sí se dispone de datos productivos y
genéticos que permiten hacer estas predicciones en otra población. Básicamente, los
animales con mayor valor genético se reproducen y mejoran las características del ganado
generación a generación. Nuestra idea es emplear la selección genómica sobre los
embriones”.
En ese sentido, el objetivo que persiguen los expertos es recrear un proceso evolutivo en el
laboratorio a rápida escala, en una especie de círculo virtuoso: “Si uno tiene quinientos
embriones generados por fertilización in vitro provenientes de padres y madres con alto
mérito genético, puede establecer a partir de ellos quinientos cultivos de células madre.
Con una muestra de ADN se puede predecir su potencial productivo en base a su genética
y luego generar esperma u óvulos en el laboratorio a partir de aquellos con mayor
potencial. Ese esperma o los óvulos pueden ser utilizados después en un nuevo ciclo de
fertilización para continuar mejorando. Con esta estrategia, cada ciclo de mejoramiento se
acortaría de dos años y medio a entre 3 y 4 meses, y la producción se incrementaría de
manera acelerada”. En base a sus estudios, en solo dos años y medio se alcanzaría un
progreso genético semejante al que se lograría en 25 años de mejora convencional sin el
uso de esta estrategia, lo que respondería al desafío de la demanda alimenticia.
Los expertos se entusiasman y afirman que la propuesta podría tener un impacto
productivo trascendente y que además se configura como una posible línea de investí-
gación a nivel nacional. “Es un desarrollo que está en la frontera del conocimiento y somos
uno de los pocos grupos en el mundo trabajando en esto gracias a la sinergia entre ambos
laboratorios”, concluyó Demyda–Peyrás.
Publicaciòn de «Infocampo» de fecha 30-01-2019