Según los pronósticos del Servicio Meteorológico Nacional, rige un alerta por ola de
calor para los próximos días. Infocampo te acerca las recomendaciones técnicas
para un correcto manejo de la ganadería durante este periodo.
Por Xavier Hernández
Las olas de calor afectan la salud humana y también la de los
animales. Es por ello que en el Servicio Meteorológico Nacional
funciona un sistema de alerta que da aviso ante el suceso de estos
fenómenos. Según estimaciones de la institución durante los próximos
días gran parte del territorio nacional enfrentará condiciones térmicas
intensas.
Una ola de calor se define como un
período en el cual las temperaturas máximas y mínimas igualan o superan, por lo menos
durante 3 días consecutivos y en forma simultánea, ciertos umbrales que dependen de
cada localidad. Esos umbrales se establecen de acuerdo al valor de temperatura que
supera en un 10% al valor térmico más alto del lugar y se elabora en función de los
registros histórico de cada localidad.
Cuando la temperatura supera los los 25°C y la humedad relativa el 50% los animales
pierden el confort térmico y aumentan los riesgos de estrés calórico. Las condiciones
meteorológicas de esta semana señalan que esos valores serán superados en gran parte
del país y desde el INTA no solo permiten conocer el Índice de Temperatura y Humedad
zona por zona, sino que también emitieron una serie de recomendaciones para prevenir o
mitigar el fenómeno.
Bovinos de Leche:
Los profesionales Karina García, Laura Gastaldi, Jorge Ghiano, Jorge Domínguez, Nicolás
Sosa, Federico Massoni, Emilio Walter, Mariano Ferreira y Miguel Taverna del INTA
Rafaela, señalaron lo que sucede con los animales durante el Estrés calórico y enunciaron
las principales medidas a tomar para reducir el el impacto en los bovinos de leche
El bovino debe mantener su temperatura corporal dentro de un intervalo muy acotado, que
en bovinos de leche, oscila en 38,6 ± 1,2ºC. Esta condición (homeotermia) es esencial
para que el conjunto de funciones fisiológicas y reacciones metabólicas se desarrollen en
forma óptima.
Ante un aumento de la temperatura ambiente, la vaca trata inicialmente de incrementar la
eliminación de calor por vasodilatación subcutánea y evaporación de agua a nivel
respiratorio. Si esto no fuera suficiente, continúa minimizando sus desplazamientos y, por
último, disminuyendo la ingestión de alimentos.
En este marco, a partir de una cierta temperatura ambiente, la vaca no podrá mantener
más su homeostasis y se considera que el animal ingresó a un estado de estrés calórico. A
la temperatura ambiente en la que se produce esta situación, se la denomina temperatura
crítica superior.
Signos que indican el estado de estrés
Para establecer un rápido diagnóstico sobre el estado de estrés calórico, estos son los
signos asociados al comportamiento de las vacas:
Aumento del ritmo respiratorio (más de 80 pulsaciones por minuto, normal= 35-50
por minuto).
Incremento de la temperatura corporal (> 39ºC).
Respiración rápida con la boca abierta.
La lengua cuelga de la boca.
Excesiva salivación y pérdida de saliva por la boca.
Disminución de la rumia.
Descenso de la actividad corporal.
Incremento de la ingesta de agua.
Reducción del consumo de MS.
Por este motivo, los principales efectos del estrés calórico repercuten sobre el consumo y
la nutrición, la fertilidad y la producción.
Porcinos:
Los cerdos no son buenos disipando el calor corporal, debido a que transpiran muy
poco necesitan humedecer su piel para bajar su temperatura interna. Es por ello que no
sólo debe prestarse atención durante el día, sino que también, es clave saber las marcas
térmicas durante la noche y la amplitud térmica experimentada.
«Esto complica más el cuadro produciendo un efecto aditivo en el número de horas de calor
efectivo o jadeo, temperatura por encima de la temperatura critica máxima, limite por
encima del cual la hembra no puede disipar calor», detalló Ariel Cogo, veterinario de la
agencia Luján del INTA AMBA.
Recomendaciones:
El veterinario relató una serie de medidas que pueden tomarse en forma simple sin
grandes gastos en los sistemas de producción tanto sean a campo confinado o mixto.
Disminuir la inclusión de fibra en la dieta, ya que la misma produce más calor (el
metabolismo genera calor por el gran trabajo que necesita para degradarla) en
verano es preferible dar dietas de fácil digestión.
Proveer de sombra y agua, de manera combinada, obligando (encerrando) a los
animales a la misma durante las horas de radiación intensa (aunque este nublado)
de las 8 hasta las 20 horas.
Mojar a las cerdas, recordemos que si esta seca (y no transpira) le cuesta bajar la
temperatura.
Chequear la cantidad de agua y asegurarnos que puedan tomarla, todos los
animales, en lotes de grupos grandes se da competencia también por el agua,
siempre que esta se entregue en cantidades limitadas (insuficientes). El caudal
para adultos es de 2 litros por minuto, puede llenar una botella de gaseosa en los
chupetes en un minuto.
«Las necesidades de agua de nuestra hembra se duplican de un día para el otro, el parto
marca ese cambio y debemos actuar con practicidad. Si vienen de tomar 12-15 litros de
agua/día y sabemos que va a tomar el doble preparemos todo para que suceda», sumó el
profesional.
Bovinos de carne
En ambientes con elevada temperatura los bovinos pueden ver afectado su confort térmico
y desencadenar una serie de cambios fisiológicos que conducen a una progresiva
disminución en la eficiencia productiva. Según sea el caso, los bovinos pueden presentar
menores ganancias o pérdida de peso, caída en la producción de leche , baja performance
reproductiva y ,en un estado extremo, llegar a la muerte.
De acuerdo con los especialistas, las claves en el manejo son principalmente:
Implementación de sombras naturales o artificiales, sumado al enfriamiento de los
animales mediante el uso de ventiladores y aspersores.
Respecto a la alimentación, se recomienda priorizar pastoreos nocturnos y de
madrugada. Suministrar dietas frías, equilibradas y de mayor contenido energético.
De este modo, el calor interno producido por el animal no será excesivo.
El agua es otro factor crítico a cuidar. En situaciones con temperaturas elevadas,
una vaca puede consumir en promedio hasta 107 litros por día, mientras que una
lechera de alta producción puede ingerir hasta 140 litros por día. En una toma de
cinco minutos, se calcula que un solo animal puede beber hasta 13 litros.
La respiración del animal es un buen indicador de su estado de bienestar. El
incremento de la frecuencia suele ser el primer síntoma visible de la respuesta al
estrés térmico. A medida que aumenta la cantidad de aire respirado, mayor será la
pérdida de calor.
Publicaciòn de «Infocampo» de fecha 20-02-2019