Estamos llegando a la época del año en la que debemos poner el foco en las categorías que entrarán a servicio: toros, vacas y vaquillonas.
Hay que ser previsor y encarar este momento con antelación para no sufrir mermas innecesarias a posterioi, producidas por enfermedades venéreas o abortivas, mal desempeño de los toros o infertilidad de las hembras, atentando así con nuestro objetivo primordial de lograr un ternero por vaca al año.
Por categoría
En vacas y vaquillonas es fundamental eliminar del rodeo los vientres que hayan abortado o no presenten ternero, teniendo en cuenta que algunos pueden haberse perdido por cuadros de diarrea neonatal, por ejemplo, pero también por eventos climáticos extremos.
La recomendación es vacunar pre-servicio contra enfermedades abortivas, cubriendo HVB-1, DVB/EM, Campylobacteriosis, Leptospirosis e Histophilus.
En el caso de las vacas, ya vacunadas anteriormente, se aplicará una sola dosis de refuerzo 30 días antes de entrar a servicio. Para las vaquillonas que no hayan sido pre-inmunizadas, se harán dos aplicaciones, 30 y 60 días antes. Es fundamental respetar estos tiempos, para asegurar que los vientres lleguen al servicio con un adecuado nivel de protección.
También es importante realizar el control de los parásitos internos en las vaquillonas de entore precoz y en las de segundo servicio, que aún son sensibles a los parásitos.
No debemos dejar de lado la vacunación contra carbunclo y de ser necesario aplicar algún refuerzo contra enfermedades clostridiales. Por último, es clave revisar el estado corporal y boquear los animales para poder predecir su comportamiento y planificar el manejo.
En cuanto a los toros, revisarlos con antelación permite detectar aquéllos no aptos para descartarlos y hacer las reposiciones sin contratiempos. El raspaje es fundamental para diagnosticar enfermedades como Campylobacteriosis y Tricomoniasis, debiendo obtenerse como mínimo dos negativos consecutivos con intervalos de 15 días. Además, hay que realizar el sangrado para diagnosticar brucelosis y pruebas de intradermorreacción para tuberculosis.
En materia de vacunas, es necesario aplicarles la reproductiva o contra Campylobacteriosis, 20 días antes del servicio, y reforzar la inmunización contra el carbunclo.
Por último, hay que examinar ojos, aplomos y articulaciones (el toro al saltar carga su peso en el tren posterior, si siente dolor no saltará y no recorrerá el potrero), testículos (buscar adherencias, inflamación, hernias) y pene (heridas, malformaciones, anormalidades).
En síntesis, las decisiones que tomemos en estos meses serán claves para los futuros resultados de la cría, ya que sólo un rodeo sano será muy productivo. Con el asesoramiento veterinario y un buen plan sanitario podemos obtener un ternero por vaca al año, con impactos en toda la cadena ganadera.
Por MV Nicolás Palacio, del Servicio Técnico del Laboratorio CDV.
Publicaciòn de «Valor Carne» de fecha 20-08-2019