Aprender de quienes mejor lo hacen no solamente es una de las maneras más efectivas y prácticas de implementar una tecnología, sino que nutrirse de sus experiencias, con sus aciertos y errores, pueden allanarte el camino y sobre todo ahorrarte mucho tiempo y dinero al momento de querer implementarlas. Por eso les compartimos otro de los tantos intercambios generados en el foro interactivo del Curso de Pastoreo Racional Voisin junto a Juan Dutra.
Consulta de Federico Sörenson – Determinación del POR
Cuando vamos a armar un sistema de PRV en un campo no conocido, cómo hacemos de forma práctica para determinar el Punto Óptimo de Reposo (ya sea que tenga especies implantada o naturales)? Esto es muy importante porque también nos influirá en el diseño del sistema (cantidad de parcelas, descansos, etc.).
Respuesta:
Después de adquirir cierta intimidad con las especies nativas (ya que de la festuca, tréboles, alfalfa y raygrass abundan datos de momentos fisiológicos) se torna fácil prever, en la Pampa, cuántos días llevará cierta pastura para llegar al POR en determinada época.
Por lo que he visto en algunas decenas de campos, esto sería en éste orden:
– hasta 35 días de descanso en primavera
– hasta 45 días de descanso en verano
– hasta 45 días de descanso en otoño
– hasta 73 días de descanso en invierno
Es el caso de zonas o suelos en que el verano es la época crítica:
– hasta 35 días de descanso en primavera
– hasta 60 días de descanso en verano
– hasta 45 días de descanso en otoño
– hasta 60 días de descanso en invierno
Quizá a esta altura ya todos conocemos los peligros de las recetas, ya que siguiendo las que se proponían desde la Academia e Institutos logramos una debacle rural importante.
Estos datos son un promedio de lo que sucede en situaciones bastante variadas en suelos y microclimas, pero no deben ser tomados como algo rígido. Si por acaso se nos planta una seca primaveral, llegaremos a los 40 días, pero cabe destacar que en ese caso, no irá mucho más lejos de ese lapso, y aunque nos enfrentemos a la versión enana de determinada pastura, debemos comerla en su momento fisiológico adecuado, sin pena, pues quien gana es todo el esquema.
El suelo gana porque se mantiene el aporte de materia orgánica periódico y a la vez es sometido a una nitrogenación importante, que lo hará explotar al primer aguacero.
El pasto gana porque frente a dificultades en mantener una planta grande en falta de agua, una poda no le viene del todo mal.
La vaca gana porque si sacamos la cuenta de la materia seca que tendría una pastura de 20 cm de altura en una época lluviosa y la comparamos con el % de materia seca de una pastura que viene aguantando una seca, ya media amarillenta, la cantidad de comida real sigue siendo muy parecida.
El productor gana porque aún en seca mantiene el ganado accediendo a una pastura más baja y quizá de no tanta calidad, pero descansada y limpia, y eso repercute en kilos de carne por hectárea en ese momento y en el momento en que retornan las lluvias, pues el crecimiento compensatorio de animales y pastos está latente.
Así que ponerse a esperar que la pastura llegue a cierta “altura” es un error. A mí me costó mucho readaptar mi visión de “hay pasto”, o “no hay pasto” hacia la observación de momento fisiológico correcto.
Desaprender es mucho más difícil.
También debo contarle que la mejor forma de conocer una pastura es cerrando una hectárea, taparla de vacas, comerla al ras y dejarla descansar.
Luego es observar en cuánto tiempo alcanza, en sus manchas de fertilidad, las 4 hojas del pasto horqueta, las tres del pasto miel, las tres del pasto macho, la primer semilla estrella de la gramilla o en praderas implantadas, el primer vástago del raygrass, las tres hojas completas de la festuca, la primer semilla de la avena, la mitad del trébol florecido.
Y eso también varía de primavera para otoño, verano, primavera, así que hay que ensayar en todas las estaciones.
Yo ya pasé por todo eso, y por eso me animo a pasarle la tabla de descansos promedios de más arriba, pero no está demás que lo haga en cada campo.
Ya si quiere mi opinión sobre algo realmente práctico e infalible para un sistema, es muy probable que le diga “calcule el número de potreros que necesita y multiplique por dos”
Siempre está mejor preparado y domina mejor el sistema el que tiene más potreros
Este es un tema fascinante y que demanda muchísimo más estudio que el de este rural disfrazado de investigador.
Es momento que las Instituciones se hagan cargo de transmitir tecnologías, y abandonar las tecno-logias.
Publicaciòn de «Foro Rural» de fecha 20-09-2019