“Cuando se formó el grupo, hace nueve años, se hacían novillos de 340-360kg, y ahora se terminan con 430-450kg. Hemos sabido aprovechar el Gatton Panic, la capacidad para producir granos y la tecnología disponible para dar este salto”, afirmó la Ing. Zoot. Sofía Padilla, 37 años, asesora del CREA Anta, Salta. Y detalló: “hoy, al menos 25 mil cabezas, entre novillos y vacas, salen a exportación”.
El CREA Anta está formada por once empresas mixtas, de mediana a gran escala, que hacen cría, recría y feedlot, con un total de 100 mil cabezas, en una provincia que ha vivido una gran expansión ganadera de la mano de inversores locales y foráneos, y del auge de las exportaciones de carne.
“En su momento, los empresarios pasaron de la ganadería a la agricultura guiados por los precios y hoy han vuelto a poner el foco en la hacienda. La zona tiene mucho potencial y el desarrollo que se está haciendo es muy importante”, contó Padilla, aludiendo a la diversidad de culturas corporativas que se integraron al grupo en los últimos años.
“En nuestro CREA hay empresarios salteños, bonaerenses, santafesinos, correntinos, portugueses y andorranos. La gente de afuera trajo algunas tecnologías que no se adaptaron, por ejemplo, cargas que superaban la receptividad de nuestros campos, pero que se supo corregir a tiempo. No podemos sobrepasar los 0,8 EV/ha porque tenemos un bache forrajero invernal muy importante y una gran variabilidad de precipitaciones entre años”, aseguró, aunque reconoció que, gracias al empuje y la visión del negocio de los empresarios, se afianzó el dinamismo local.
Padilla se graduó en la Universidad de Tucumán y es asesora CREA desde hace 14 años. Actualmente vive en Coronel Mollinedo, un pueblo de mil quinientos habitantes del departamento de Anta, Salta, junto a su esposo y a sus tres pequeños hijos de siete, seis y un año y medio. “Empecé en el CREA Algarrobos (Tucumán) y cuando me casé, me propusieron armar un grupo ganadero en esta zona que no conocía y la verdad es que me impresionó su potencial”, recordó la joven profesional, que además es coordinadora de la mesa ganadera regional NOA de CREA.
El cambio tecnológico
Al momento de la creación del grupo, las empresas ya trabajaban con animales Brangus y Bradford de calidad, que manejaban casi en un 100% sobre Gatton Panic, o sea, que la genética y las pasturas eran de avanzada y estaban muy bien adaptadas a la zona. La principal mejora que hizo posible evolucionar hacia un novillo más pesado se dio en las recrías, gracias a la disponibilidad de granos y suplementos de menor valor relativo, y a las nuevas tecnologías en nutrición.
“Acá el pasto en invierno no tiene calidad, es pura fibra. Pero no dejamos que el animal se nos venga abajo, utilizamos silajes de Gatton Panic, autoconsumos, sales proteicas y disponemos de maíces y sorgos con nuevas genéticas, que rinden más con menos gastos”, explicó Padilla, resaltando que antes las recrías eran sólo pastoriles y luego se fue incorporando la suplementación a campo, tanto proteica como energética, en todos los sistemas.
Un cambio sustentado en este avance nutricional fue la edad del primer servicio. “Al principio los hacíamos a los 24 meses y hoy el 60% llegó a los 15 meses, así ganamos un año en la vida útil de los vientres. Logramos 85% de preñez promedio y no hay más de 12% de pérdidas al destete, aunque todavía tenemos que seguir mejorando los indicadores de las vaquillonas más jóvenes”, comentó.
En cuanto a los machos, “contar con alimentos más baratos, nos permitió meter más kilos a campo y hacer una recría más larga”. Estos avances fueron estratégicos para buscar un novillo más pesado, de unos 450kg, apto tanto para exportación como para el mercado interno, de modo de aprovechar mejor las oportunidades comerciales. “Nos hemos dado cuenta de que producir un animal más pesado es mucho más eficiente. Y el consumidor también empezó a aceptar este tipo de producto, algo que antes no pasaba”, aseguró Padilla, refiriéndose a que ciertas categorías y cortes van a los mostradores locales.
En concreto, prosiguió, “cuando empezamos, desde el grupo no se exportaba casi nada, a lo sumo un 5%, y actualmente un 50% de los novillos se destina a los mercados internacionales y, para ello, varias empresas tienen convenios con frigoríficos”.
El hito salteño
Padilla colaboró también con la Sociedad Rural de Salta donde se analizaron los datos de evolución del stock ganadero en base a las campañas de vacunación del SENASA. En ese sentido, en los últimos tres años, el rodeo provincial creció a casi 1,5 millones de cabezas, alcanzando el 2,7% del total nacional.
“Pasó de ser una provincia criadora a producir animales para consumo y exportación. Dejaron de salir terneros para terminarse afuera y están ingresando otros para recriarse y engordarse acá. Llegan sobre todo de Formosa y Chaco, y algo de Corrientes. Hoy, Salta produce lo que necesita para consumir y participa del negocio exportador incluyendo la Cuota Hilton y la 481. Es un hecho histórico”, sostuvo la asesora.
“Para mí es un orgullo haber contribuido a este despegue. Más aún, como mujer, fue un desafío venir a esta provincia tan tradicional y encontrarme con once empresas lideradas por hombres. Pero nunca tuve que trabajar de más para demostrar que sabía. Mis tres hijos nacieron estando en el CREA, andaba con la panza por todos los campos y siempre sentí el respeto de todos. Y agregó: “Desde un principio tuve el apoyo de mi marido, el hombre sin dudas se adaptó a este nuevo rol de la mujer; los prejuicios se van superando y nosotras nos estamos haciendo un lugar en la ganadería”.
¿Desafíos del CREA Anta? “Por lo pronto, hemos sabido aprovechar las ventajas de la zona y la tecnología, implementando mejoras en cada empresa, avanzando en eficiencia y midiendo los progresos. Es un momento difícil y creo que una responsabilidad que tenemos como productores de carne, es demostrar que hacemos las cosas bien, buscando no sólo la sustentabilidad económica, sino también social y ambiental, aspectos que hoy la sociedad reclama. Sin dudas ése es nuestro gran desafío”, finalizó Padilla.
Por Ing. Agr. Liliana Rosenstein, Editora de Valor Carne
Publicaciòn de «Valor Carne» de fecha 31-10-2019