Según el último Informe Trimestral de Resultados Económicos Ganaderos, de la Dirección de Estudios Económicos del Ministerio de Agricultura, los resultados de los modelos productivos predominantes en el país se mostraron estables entre marzo y mayo, con matices según la actividad.
“Tres meses después de iniciada la cuarentena, el sector agropecuario sigue trabajando y la cadena de pagos no se ha roto como sucedió en muchos otros sectores”, señala el estudio. A su vez, advierte que el consumo de carne vacuna “que se mantuvo muy firme en el trimestre anterior, comienza a dar señales de fatiga y hay preocupación por lo que pueda suceder en la postpandemia”.
Con respecto a la zafra de terneros, sostiene que la misma se desarrolla en forma muy gradual, “sin haberse concentrado la oferta en un período corto”, por lo que los precios subieron “10% en mayo respecto de marzo”, proceso que continuó en junio “a contramano del movimiento estacional”.
En tanto, subraya que la demanda por terneros “y también por vientres” obedece “no tanto a una expectativa de rentabilidad de la cría sino por la capacidad de esta actividad de funcionar como reserva de valor en épocas de crisis”.
Este comportamiento logró sostener los márgenes de la cría. A esto contribuyó que “hubo mínimas alteraciones en los costos ya que gran parte de los precios de la economía están congelados (salarios, tarifas y combustibles)”, agrega.
Así, “se mantiene la tendencia a la recomposición de los resultados de la actividad, con números interesantes para los modelos más productivos”, enfatiza.
La misma tónica se da para los modelos de ciclo completo, beneficiados por “el alto precio de los terneros que alcanzó para compensar la etapa de engorde en baja”.
Entre los modelos de invernada se beneficiaron “aquellos que usan maíz como alimento mientras que los que engordan a pasto sufrieron bajas por el estancamiento en el precio del gordo”, destaca.
Por su parte, “aquellos modelos que hacen novillo pesado se encuentran penalizados por la baja en la demanda de este tipo de hacienda, que se envía fundamentalmente a Europa”.
A corral
Finalmente, los técnicos del Ministerio marcaron que, en relación al informe anterior, “los costos de alimentación del feedlot bajaron (-9%), mientras en otros rubros no hubo modificaciones, por lo que disminuyeron las pérdidas”. De todos modos, esto no alcanzó para “salir del rojo debido a que el precio del ternero está por encima de lo que la actividad puede pagar”.
Esta situación no quita que haya “una importante ocupación de corrales, básicamente hotelería y operadores que encierran después de recriar”, resalta el trabajo.
Publicaciòn de «Valor Carne» de fecha 06-07-2020