«Cuando anunciaron que éramos una actividad esencial y que no debía faltar carne en medio de la cuarentena, empezamos a ver qué cosas podían impedir el normal funcionamiento de la cadena. Teníamos que garantizar que todo productor que quisiera movilizar hacienda con cualquier finalidad, lo pudiera hacer. El primer paso fue impulsar el DUT (Documento Único de Tránsito), una herramienta digital que existía desde 2018, pero no se utilizaba», contó la Ing. Agr. Catalina Boetto, Secretaria de Ganadería de la Provincia.
¿Qué es el DUT? «Es un documento que integra la información sanitaria -el DTe que da el Senasa- con la garantía de propiedad de la hacienda, que brindan nuestra Secretaría a través del boleto de marcas y señales», describió la funcionaria, detallando que permite al productor autogestionar en un solo sitio un proceso que antes debía hacerse por varias vías.
¿Cómo se puso en marcha? «Cuando empezó la cuarentena había solo 100 municipios y comunas adheridos a este mecanismo y desde entonces logramos que, en muy poco tiempo, 315 jefes comunales e intendentes firmaran los convenios. Esto los habilita a cobrar la tasa, dando agilidad al DUT y, al mismo tiempo, hace más eficiente su gestión financiera», recordó, remarcando que en concreto el tránsito de hacienda en la provincia se hizo 100% digital.
“Ahora, todos los productores pueden obtenerlo durante las 24 hs, los 365 días del año, sin ningún trámite presencial. Ni siquiera tienen que ir la oficina municipal para hacer el visado, lo pueden pagar desde su casa, a través de una plataforma que se llama Pay per TIC. En concreto, ganan en comodidad y rapidez», reiteró.
La cocina del DUT
Para Boetto, algo fundamental fue el desarrollo tecnológico que requirió esta innovación. «Primero hubo que hacer la digitalización de todas las marcas (ganado mayor) y señales (ganado menor), o sea, de los dibujos. Para eso, contratamos a una empresa especializada y luego a otra, que desarrolló el software para que el productor cargue sus datos y todos puedan ser autogestores», explicó.
Un primer escollo fue acreditar que el boleto de marcas y señales estaba vigente, dado que el DUT exige estar al día en todo. Eso trajo como consecuencia que muchos ganaderos advirtieran que tenía los boletos vencidos, por lo que necesitaban renovarlos.
«Antes esto se hacía en forma presencial, acá en la oficina, tenían que traer los papeles de rentas y pagar unas tasas. Pero como no atendíamos al público, lo resolvimos en forma online», contó, detallando que les pedían que mandaran la documentación por mail, además de una declaración jurada garantizando la legitimidad de la firma y el compromiso de asistir en persona cuando terminara la pandemia.
Desde marzo se hicieron 3.212 trámites; una vez que mandaban la documentación tenían el nuevo boleto en menos de 48 horas. «Fue un gran logro, trabajamos diez horas por día, cada uno de los agentes, por teletrabajo, para que la producción no parara, que no tuvieran que dejar de comercializar por no tener el boleto regularizado», destacó.
¿El próximo paso? «Ya conseguimos que todos los productores sean autogestores y, ahora, estamos consensuando entre los municipios y comunas la unificación de las tasas para una misma operatoria. Es un trabajo para 2021, pero hay acuerdo en que es importante la equidad territorial», planteó Boetto.
Faenadores digitalizados
Otro desafío fue garantizar la fluidez de los trámites que debían hacer los procesadores y transportistas para que los productos cárnicos lleguen a la población, considerando que Córdoba cuenta con 19 mataderos, 30 despostadores y depósitos, y 64 fábricas de chacinados con habilitación provincial.
«Hasta que comenzó la pandemia se hacía una declaración jurada mensual de la producción con un formulario que se presentaba en nuestras oficinas. Entonces, se puso en marcha una plataforma electrónica, que también se venía desarrollado desde la gestión anterior, para que se hiciera online», señaló Boetto, pormenorizando que, crisis mediante, la nueva modalidad se hizo obligatoria ya a partir de marzo. Y agregó: «lo mismo ocurrió con el transporte de productos cárnicos. Los certificados sanitarios de tránsito, que eran talonarios preimpresos, se reemplazaron por formatos digitales».
Esta modernización de trámites e informes hizo posible la autogestión de los establecimientos faenadores e industrializadores. «Además de facilitar la tarea de las empresas, contribuye a la trazabilidad de productos y subproductos, y simplifica los controles en las auditorías», aseveró. Y subrayó: «algo no menor es que cualquier carnicería que recibe mercadería de un frigorífico provincial le llega con un código QR, o sea, que todo está digitalizado».
Habilitación a distancia
Un gran salto fue hacer la habilitación de plantas procesadoras provinciales en forma virtual. «Como la ciudad de Córdoba está considerada zona roja (por Covid-19), a diferencia de algunos pueblos, no podíamos viajar con los veterinarios para hacerlo personalmente, como era habitual. Entonces dijimos, vamos a buscarle la vuelta», mencionó, aludiendo a la implementación de un protocolo a distancia.
Así las cosas, hace un mes habilitaron dos plantas nuevas de desposte de cerdos y elaboración de chacinados, y una de fraccionamiento y empaque de huevos, tras la aprobación de la documentación pertinente, acompañada por una declaración jurada donde el industrial se compromete a que, una vez finalizada la pandemia, será auditado en forma presencial.
¿La inspección virtual? «Nos mandaron los planos, estudiamos la situación e hicimos una prueba previa para ver si tenían conexión en todos lados. Entonces, armamos una reunión por zoom, con el responsable de planta y su veterinario, que tenían cámaras simples, las del celular. Y desde nuestras oficinas les decíamos: vamos a entrar por la puerta de acceso del personal y corroborar cómo es el lugar para limpiar las botas, dónde dejan la indumentaria y dónde está alcohol para higienizarse. Muestren ahora si esa ventana tiene mosquitero y hasta dónde llegan los azulejos, todo así, paso por paso», describió.
¿El resultado? «Ellos tenían todo listo y sólo les faltaba la habilitación, entonces lo que hicimos desde la Secretaría fue no poner trabas para que arrancaran. Los felicité porque son empresas que están invirtiendo en estos momentos tan difíciles «, aseguró.
El siguiente paso es la habilitación de veterinarias en forma virtual, trámite que vence cada tres años.»Hasta ahora renovábamos las que ya habían presentado toda la documentación y las habíamos visitado, y a partir del próximo mes se harán a distancia. Acordamos con los médicos veterinarios que presenten sus declaraciones juradas y nosotros haremos la inspección con cámaras. Son esenciales para la salud y nutrición animal», ratificó.
Privado & Público
Para finalizar, Boetto reflexionó sobre la importancia de su trayectoria en la actividad privada para gestionar estos cambios. «Me sirvió para conocer las dificultades que enfrenta el productor con relación a las regulaciones del Estado, ya que en muchas oficinas públicas no saben cómo se viven esas cuestiones en el terreno. O sea que me ayudó a buscar soluciones a tanta complejidad, papeleo y burocracia, que es parte del costo argentino», apuntó.
En ese sentido, reveló que cuando asumió como Secretaria hace siete meses, primer cargo en el área oficial, pensaba que tendría que dedicarse más a aspectos productivos. «Esa era mi labor como profesional, con ganaderos y técnicos. Pero ante la pandemia, enseguida me di cuenta: ¿cómo voy a decirles yo desde el Ministerio como hay que producir? Nosotros tenemos que estar en lo normativo y simplificarle la vida al productor, para que lleve adelante su actividad en forma eficaz y sustentable. Esta modernización es algo que se venía gestando desde hace tiempo, como visión del propio Gobernador y, ahora, en mi gestión, aprovechamos la crisis para concretarla», concluyó.
Por Liliana Rosenstein, Editora de Valor Carne
Publicaciòn de «Valor Carne» de fecha 27-07-2020