En el comienzo de la pandemia, la venta de reproductores logró superar la limitación de los remates presenciales, adaptándose a las plataformas a distancia. Ahora, los criadores encaran un desafío mayor: llevar adelante el nutrido calendario de exposiciones del segundo semestre, sin la certidumbre de poder concretar estos eventos, gran vidriera y canal de comercialización de la genética.
En el caso de Angus, el grueso de las más de 50 exposiciones de la raza tradicionalmente comienza luego de Palermo, entre agosto y mediados de octubre. En cada uno de los circuitos, Litoral, Centro, La Pampa, Patagonia y Bonaerense, hay distintas situaciones y su realización dependerá de cómo esté cada provincia y localidad.
“Hasta ahora, las únicas fechas suspendidas fueron la Exposición Nacional de otoño y la de Palermo, que pasó para octubre. Se han hecho remates de invernada, vientres y algo de reproductores. La mayoría fueron por streaming o TV y algunos con la presencia acotada de invitados”, contó a Valor Carne Javier Martínez del Valle, Director Ejecutivo de la Asociación Argentina de Angus. Y agregó que “los buenos resultados, en cuanto a dinámica y precios, nos animan para lo que viene”.
Al día de hoy, numerosas municipalidades son autónomas en la decisión de autorizar las exposiciones, dependiendo de si tuvieron o no focos de coronavirus.
Para lograr el permiso, la Asociación elaboró protocolos que están siendo presentados a las sociedades rurales, quienes buscarán la venia oficial. “Nos reunimos vía zoom para ver cuáles son las necesidades puntuales de cada localidad y cómo podemos garantizar las cuestiones sanitarias en cada caso”, explicó Martínez del Valle, detallando que los documentos fueron elaborados teniendo en cuenta las recomendaciones de los médicos sanitaristas que asesoran al Gobierno y a distintas organizaciones sectoriales.
El mayor escollo, es la participación de público general. Así, muchas exposiciones vivirán una suerte de vuelta a los orígenes: serían exclusivamente ganaderas. “La idea generalizada entre las rurales es que se hagan sin la parte industrial o comercial, ni los puestos de venta de productos locales. Además, la mayoría, sería sin público en general. Nos apena porque son cuestiones importantes para la comunidad, pero no vemos otra posibilidad”, lamentó Martínez del Valle.
En cuanto a las juras, serán fundamentalmente para clasificar el orden de venta. Luego, queda por definir, según la situación local, si las subastas serán presenciales o mediante alguna plataforma a distancia.
Esto demandaría el trabajo de un jurado, un veterinario en la admisión y la dotación mínima de personal para el manejo de los animales y la higiene del lugar. “Serían exposiciones acotadas, con poca gente y de solo dos o tres días”, resumió.
¿La predisposición de las autoridades locales? “En todos los lugares es muy buena. No solo hay interés en el evento sino una necesidad concreta de los criadores de adquirir reproductores”, aseguró el directivo. Y agregó que “la venta de toros tiene que seguir funcionando como cualquier actividad esencial, dado que es el inicio de la cadena de ganados y carnes. Es decir, de una forma o de otra, hay que garantizar que los rodeos tengan toros de reposición”.
En ese sentido, gran parte de las ventas en exposiciones o remates particulares de julio a octubre, son las que brindan esos ejemplares. Además, son la salida comercial de muchas cabañas medianas a chicas, que no organizan su propio remate. “Constituyen un sistema de venta donde se pueden ordenar los ejemplares por méritos y, al mismo tiempo, asegurar la transparencia”, enfatizó.
Arrancar sin Palermo
Uno de los hechos que cambió el escenario de cara al circuito de exposiciones es la postergación de la Rural de Palermo para octubre. El evento, marca del inicio del calendario de muestras y representa un espaldarazo importante para las cabañas que logran un buen paso por la pista. Una especie de faro para lo que viene después.
“Por más que la Sociedad Rural esté haciendo esfuerzos, aún no sabemos si se va a autorizar el ingreso de público general y qué cantidad de empresas podrán participar”, indicó Martínez del Valle. En este caso, también surgió la posibilidad de que sea una muestra ganadera, “con acceso restringido, como pasa con otras exposiciones en el mundo. De todos modos, esto estará sujeto a la decisión del gobierno Nacional y de la Ciudad de Buenos Aires”.
El desafío online
Ya desde inicio de la temporada de remates de vientres, en abril, la cuarentena puso a prueba la capacidad de adaptación de las cabañas, que debieron incursionar en el uso de plataformas de venta online o por TV.
Para Martínez Del Valle, fue un desafío importante. “Los preparativos para los remates de reproductores comienzan mucho tiempo antes, con el acondicionamiento de los animales, los temas financieros y la comunicación con los compradores. En esta oportunidad, de un día para otro tuvieron que modificar una estructura que funcionaba desde siempre y aprender el comercio a distancia”, aseveró.
En ese aspecto, la Asociación buscó apoyar a los criadores acercando operadores con experiencia en el canal virtual. “Hasta ahora estaban acostumbrados a filmar hacienda general, casi no se hacían remates de pedigree, pero pudieron adaptarse para mostrar un buen vientre o un buen toro, realzando el desplazamiento del ejemplar”, aseguró.
Según Martínez del Valle, de este modo, todas las cabañas pudieron realizaron sus remates por distintas plataformas “con gran éxito, más aún con el buen clima de inversión en vientres que apuntaló los valores”. Así, en junio los precios registraron mejoras interanuales del 43% (en el caso de las vaquillonas MAS), al 98% (vaquillonas de pedigree). En toros, las subas fueron del 61% y el 68%.
“Estamos muy satisfechos con este desempeño. Y tenemos la convicción de que algunas de estas modalidades van a quedar a futuro. Seguramente, cabañas que hacen varios remates al año pasarán alguno al formato digital o implementarán sistemas mixtos”, opinó. Y agregó que con las distancias que se manejan en la Argentina, donde hay que destinar por ahí dos o tres días para ir a un remate, será una gran opción”.
¿De qué depende la continuidad? “De que cuando un productor compre un toro online, reciba en el campo lo mismo que vio en la pantalla. Ese criador, seguramente adoptará esta modalidad”, confió.
En lo inmediato, la duda es si los próximos remates alcanzarán los resultados anteriores, que fueron apalancados en parte por la intención de los productores de preservar su capital invirtiendo en hacienda. “Los precios logrados en la zafra de terneros dejaron al criador en excelentes condiciones para renovar su genética, apuntando a una producción más eficiente. Desde ese punto de vista, los toros de pedigree o registrados deberían seguir marcando buenos valores”, concluyó.
Por Marcos Lopez Arriazu, Jefe de Redacción de Valor Carne
Publicaciòn de «Valor Carne» de fecha 31-07-2020