El 2020 nos obligó a recordar que hay «una sola salud». El concepto fue introducido a comienzos de los años 2000 y plasmado como lema de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE), para resumir en pocas palabras una noción conocida desde hace más de un siglo, basada en que la salud humana y la sanidad animal son interdependientes y están vinculadas a los ecosistemas en los cuales coexisten.
¿Por qué un virus cambia de hospedador? El aumento poblacional a nivel global ha llevado a una mayor demanda de alimentos y de recursos naturales, que pueden provocar la degradación de los ecosistemas por contaminación de suelos, agua y aire. Como resultado se produce la pérdida de biodiversidad y la adaptación de la fauna silvestre a esos ambientes diferentes, con el consecuente aumento de riesgo de propagación de zoonosis y de evolución de los patógenos hacia nuevas formas.
La OIE sostiene que al menos el 75% de las enfermedades infecciosas emergentes del ser humano son de origen animal y que cada año aparecen cinco nuevos males, tres de los cuales tienen ese origen. Por otro lado, la mundialización propicia la mayor circulación de personas y bienes, y también de las enfermedades transmitidas por ellas. En concreto, los animales domésticos, la fauna silvestre y el hombre están expuestos a los mismos peligros en todo el planeta.
Bajo esta premisa, surgió la idea de “Una sola salud”.
Desde Valor Carne invitamos a fortalecer la gestión de la sanidad animal, el cuidado del ambiente y la inocuidad de los alimentos para preservar el bienestar de la personas.
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Publicaciòn de Valor Carne de fecha 30-12-2020