Intensificaron la producción rotando arroz y pasturas y haciendo maíz bajo riego mediante represas para captar agua de lluvia o desarrollaron soluciones basadas en la naturaleza como el manejo holístico y ahora pudieron atenuar los efectos de la seca y otros desafíos ambientales. El estado de la hacienda, los retos para este invierno y el aprendizaje que deja un evento extremo, según los empresarios.
Ing. Agr. Christian Jeffer.
Copra SA es un establecimiento que integra arroz y ganadería, con un modelo que mostró consistencia frente a los desafíos del clima. Con 60 mil ha en Mercedes, Corrientes, una región subtropical con dos estaciones secas muy marcadas, verano e invierno, iniciaron la ganadería en 1985 y unos años después introdujeron el arroz, puntapié para intensificar la producción de carne. Hoy hacen ciclo completo Braford y terminan 7-8 mil novillos para exportación, además de criar y recriar animales que se envían a feedlots de la zona central del país con destino a la cuota 481.
“Empezamos con el arroz en 1994, construyendo una represa. Al principio se pensó que sería una competencia para la ganadería, pero resultó una complementación muy beneficiosa, incluso ahora, en esta crisis, porque nos convertimos en especialistas en manejo del agua”, dijo a Valor Carne el Ing. Agr. Christian Jeffer, Gerente de la firma.
Hoy, el campo cuenta con seis represas para regar 10.500 ha de arroz, que al año siguiente se rotan con pasturas como setarias, raigrases y avenas, entre otras. “Hacemos unas 6-7 mil hectáreas de raigrás anual, sobre los rastrojos de arroz. Incluso sembramos 1.000 ha de maíz que regamos usando la misma infraestructura y logramos muy buenos rindes. Así, mantenemos 13.000 vientres Braford en producción y vendemos toda la hacienda terminada, a campo con suplementación o en feedlots del sur”, detalló, agregando que entre ambas actividades generan trabajo para 300 empleados, siete ingenieros agrónomos y dos veterinarios.
¿La crisis climática? “Está teniendo un efecto muy fuerte, con la sequía tuvimos pérdidas de arroz, que no alcanzamos a regar. Hace poco sufrimos la quema de unas 1.500 hectáreas de setarias; el fuego entró desde un campo vecino, lo contralamos nosotros mismos, nos ayudamos entre productores, hubo muy poca colaboración del Estado”, relató.
¿Los animales? “En general la hacienda no ha decaído, aunque mantener la preñez en el orden del 85% significa un desafío. La cría se hace sobre campo natural que ahora está seco”, indicó. Habitualmente destetan terneros con 140-150 kg y, con esta situación, en muchos casos lo están haciendo con 80-100 kg, para que la madre pueda recuperase. “El ternero liviano se cría a corral con el maíz que producimos, pero no es una estrategia que puedan hacer todos los productores”, consideró, aludiendo a que la producción de Corrientes sin duda se verá resentida.
En la zona, a partir de esta época, en febrero-marzo-abril, el pasto crece más de lo que la hacienda puede consumir y el ganadero lo guarda par el invierno, cuando el crecimiento es mucho más lento o nulo. “Pero esta vez no habrá sobrantes y, con las urgencias que atravesamos, creo que no se está tomando conciencia de lo difícil que será el invierno”, alertó.
¿El agua? “A pesar de la sequía que hubo en los últimos meses, nosotros todavía tenemos reservas. Construimos represas importantes, tajamares donde almacenamos agua cuando llueve. Poder regar 10.000 ha da un volumen muy importante, esa es también una gran diferencia con muchos campos de la zona”, indicó.
Otra ventaja de la empresa es contar con muchas aguadas. “El mismo arroz que va trasladando agua por todo el campo, permite que la hacienda cuente con bebida de calidad, en ese sentido estamos cubiertos. Pero el gran problema, incluso en nuestro caso, es el otoño-invierno que se acerca”, planteó.
¿Reservas forrajeras? “Hemos tenido una buena cosecha de maíz y la guardamos toda porque tendremos que suplementar mucha hacienda, además de hacer mayor superficie de verdeos. También tenemos los subproductos de nuestra industria arrocera. La idea es hacer más rollos de pajas de arroz y picar parte de sus rastrojos para ensilar, una novedad en el país, de modo de paliar la escasez de fibra, que será nuestro gran déficit”, adelantó.
Jeffer reitera que el invierno correntino será el más duro de las últimas décadas. “Si bien las sequías son habituales, aunque no tan importantes, en la provincia se almacena muy poca agua, hay escasos reservorios importantes y tampoco está difundido el uso del riego para hacer una agricultura y ganadería más sustentable. Acá, cuando llueve, escurre agua por todos nuestros arroyos y ríos internos, que termina yendo al Río de la Plata sin ningún sentido”, planteó.
En otros países, prosiguió, “esas obras de infraestructura las hacen los Estados para que los productores de distintas escalas puedan aprovechar el recurso, acá las hacemos los privados. Creo que a partir de ahora el gobierno va a mirar esta necesidad desde la obra pública”, opinó.
Pensando a futuro, el aprendizaje que deja la crisis es la importancia de almacenar el agua dulce ante las sequías más marcadas relacionadas con el cambio climático. “La principal tecnología de la zona debe ser administrar el agua, no dejar que escurra cuando sobra para utilizarla en períodos secos, es fundamental capacitarnos para usarla en pasturas, así como lo hacemos con el arroz y el maíz”, aseguró.
Tecnología de procesos
El Rincón de Corrientes, es un establecimiento de 58 mil ha, en Concepción, Corrientes, la mitad de ellas en los Esteros del Iberá. Produce 9-10 mil terneros Braford por año, que se destetan a los 60 días y se terminan en un campo bonaerense, además de actividades silvopastoriles, todo con la visión de preservar la flora y la fauna nativa. Desde hace unos años adoptaron el manejo holístico, sobre 13 mil ha y 8.000 vientres, para regenerar suelos, pastizales y mejorar la productividad animal, tecnología que también mostró sus ventajas ante la crisis que atraviesa la región.
Lic. en Adm. Agr. Santiago Angelillo.
“Antes hacíamos todo con pastoreo continuo, lo habitual en la zona, con una carga animal de 0,5 EV/ha. Pero el pastizal tiene un crecimiento estival muy explosivo y cae bruscamente en invierno, perdiendo calidad casi por completo. Entonces se acumulan remantes secos, riesgosos para esta situación. Ahora, con el manejo holístico gestionamos mejor el recurso y aumentamos la carga a 0,86 EV/ha”, afirmó el Lic. en Adm. Agr. Santiago Angelillo, Gerente del establecimiento.
Con la nueva tecnología se hicieron muchas subdivisiones y se planificaron el pastoreo y los descansos, junto con el equipo de 28 colaboradores. “Trabajamos con lotes chicos, de 100 ha, y 1.500-1.700 vacas, de modo que con sus pezuñas vayan incorporando raíces y bosteos. Así, se regenera el suelo, se secuestra carbono y se produce más pasto, que se administra durante el invierno”, explicó.
¿Cómo atravesaron la crisis? “Por un lado, en diciembre tuvimos fuego en 20 ha de pinares, de un total de 2.000 ha. Pero como ya teníamos cortafuegos, máquinas y personal entrenado, pudimos controlarlo a tiempo, aunque seguimos en alerta. Además, nuestro modelo silvopastoril, o sea, con árboles plantados de manera que ingrese el sol y crezca el pasto, ayudó a que el fuego no avanzara porque en una forestación convencional, sube, va a la copa del árbol, y ahí es imparable. El vecino, con una plantación maciza, tuvo pérdidas mucho mayores”, contó.
En cuanto a la cría, la planificación de los potreros les permite contar con lagunas naturales en cada uno. “Agua de calidad hay. Pero con esta sequía, muchas comienzan a descender y la hacienda podría quedar empantanada y morir. Estamos haciendo puertos, con una retroexcavadora, para que tengan acceso sin correr riesgos”, reveló.
¿Indicadores reproductivos? “Veníamos con una preñez de 85% y, hoy, los datos de los tactos del servicio de primavera muestran 80%, así que, por el momento, nos ha bajado 5 puntos, pero el problema viene ahora, el servicio de otoño es el que realmente se afectará”, aseveró.
En el Rincón de Corrientes la única categoría que recibe suplementación es la ternera de reposición. “Habíamos sembrado sorgo para hacer silo y se perdió, no lo tendremos para el invierno y, probablemente, los verdeos de invierno tampoco. Por eso estamos pensando en diferentes alternativas para que sigan adelante y no tener que venderlas”, finalizó.
Por último, Angelillo resaltó que, a pesar de la gravedad de la crisis, el manejo holístico mostró sus beneficios. “Cómo medimos el forraje, no sólo sabemos cuánto hay en cada potrero y cuánto nos queda para adelante, sino que obtenemos una mejor calidad. Con el pastoreo continuo está reseco, en cambio, con el holístico, hay pasto verde todavía y la vaca está en buen estado. Esa gestión integral hace que además no haya excedentes de paja seca y, por ende, se minimizan riesgos”, concluyó.
Por: Ing. Agr. Liliana Rosenstein, Editora de Valor Carne
Publicaciòn de «Valor Carne» de fecha 03/03/2022