Con el 85% de los vientres del país servidos por toros, una nueva tecnología permite activar su sistema hormonal para adelantar y sincronizar el celo, aumentando así las preñeces, la proporción de terneros cabeza y los kilos al destete. Cómo funciona y qué resultados se esperan en distintas razas y regiones, según el investigador que lideró el desarrollo.
Juan Colman.
La reproducción bovina es uno de los procesos más desafiantes de la producción de carne, ya que además de estar condicionada por factores nutricionales, sanitarios y ambientales, el resultado depende generalmente de la monta natural. En este marco, desde Agropharma, un laboratorio de origen nacional con más de 100 años de trayectoria, desarrollaron una tecnología revolucionaria para la ganadería argentina donde el 85% de los vientres son servidos por toros y se obtienen bajos indicadores de preñez. El biotecnólogo Juan Colman, líder de proyecto, explica los pormenores de esta innovación, pionera a nivel mundial, que busca mejorar la eficiencia reproductiva y destetar más kilos por cabeza, simplificando el trabajo de campo.
“Nuestro país tiene una tasa de preñez relativamente baja para lo que son nuestros suelos y climas, y eso se proyecta en un porcentaje de destete inferior, con menos kilos. Entonces, desde el laboratorio, donde llevamos años trabajando en salud y productividad animal, decidimos poner el foco en lograr un ternero por vaca y por año”, planteó Colman a Valor Carne. Y, bajando al campo del productor, detalló: “Si mi negocio es vender carne, necesito que la vaca esté preñada y que todos los terneros sean más pesados a la hora del destete”.
El especialista recordó que el porcentaje de preñez en la Argentina es de apenas el 65%, o sea que el 35% de las vacas son improductivas. “Es un número demasiado alto y si podemos influir sobre esta porción, estamos haciendo algo muy importante por nuestra ganadería y una materia gris que se puede exportar, porque no somos el único país en esta situación. Brasil, por ejemplo, está aún en el 50-53% de preñez, unos 12 puntos por debajo de nosotros, con un volumen de vacas 4-5 veces más grande”, agregó, aludiendo al potencial de esta tecnología.
El gran escollo es que resulta muy difícil obtener un ternero por vaca dentro de un año calendario, ya que el período de gestación es de 9 meses, o sea, unos 280 días, y quedan sólo 85 días para volver a preñarla, con el agravante de que esto no sucede rápidamente. “Hay factores relacionados al puerperio, a un sistema de gestación que quedó dislocado y que debe recuperarse para que la vaca pueda alojar otro ternero. El tamaño del útero creció diez veces, tiene que haber una involución y eso se traduce en días de demora. Recién entonces se inicia un proceso de activación hormonal que culmina en el celo”, explicó.
¿Cómo se activa? A medida que el útero se empieza a acomodar, el ovario hace una pequeña ovulación, producida por una hormona, que es estéril pero que activa toda la maquinaria ya que las próximas serán eficientes.
“Las hormonas son mensajeras y si no disparan señales, es imposible que la vaca quede preñada en esos 15-20-30 días que tarda ese proceso, según su raza y estado nutricional y sanitario. Entonces, el desafío de nuestro proyecto era reducir esos tiempos improductivos, mediante un desarrollo apropiado para la ganadería masiva o sea para la monta natural”, afirmó.
Otra dificultad es que no todas las vacas se recuperan al mismo tiempo después del parto y cuanto más tardan, más tiempo pasará hasta ser servidas por el toro y quedar preñadas. “Estos retrasos, se traducen en lotes de terneros destetados heterogéneos, con algunos más grandes, que son hijos de las vacas que salieron antes del período improductivo, otros intermedios y algunos más chicos, gestados por las vacas que demoraron más”, explicó el investigador, refiriéndose a los grupos conocidos como cabeza, cuerpo y cola de parición. “Y esto es clave en el negocio del productor porque vende kilos de carne”, advirtió.
La respuesta de la ciencia
Acortar el tiempo improductivo de las vacas, llamado anestro, es decir, ausencia de ovulación, requiere de un disparador hormonal. “La idea de nuestro desarrollo es activar ese proceso para ganar tiempo, accionando un ‘interruptor’ que le avisa a la vaca que está lista para quedar preñada. Así, surgió el nuevo producto que contiene una molécula natural o sea, que la hembra ya produce, pero que se da de manera externa, para que ese mecanismo sea prendido. Lo denominamos BullSynch N, un juego de palabras que significa sincronización para el toro”, planteó Colman, refiriéndose al fármaco aprobado por Senasa y lanzado recientemente al mercado nacional.
Más allá de acortar los tiempos improductivos, esta tecnología fue creada también para ordenar el celo. “En concreto, activa el sistema reproductivo de la vaca y sincroniza su ovulación para que, cuando los toros trabajen, las preñen lo antes posible y a todas juntas. O sea que organiza la ventana de fertilidad para el servicio, agrupa las preñeces y por lo tanto las pariciones, facilitando el trabajo de campo”, subrayó.
Para poner el problema en números, el investigador apeló a un ejemplo práctico. “Si a fines de marzo, le pregunto a un productor pampeano, con buena genética y buenos pastos: ¿cómo anduvo el tacto este año? Es posible que me responda: ‘¡Muy bien, tengo el servicio estacionado en tres meses y anduvimos en el 90% de preñez!’. Ahora, si voy más allá e indago: ¿cómo se repartieron las pariciones?, él aduce: ‘Tuvimos un 30% el primer mes, 30% el segundo y 30% el tercero, o sea, el toro trabajó bien”, expresó. Sin embargo, a la hora de la venta él tendrá algunos terneros grandes, de 200 kg, que han estado más días comiendo y ganando peso, otros intermedios, de 180 kg, y algunos más livianos, de 150 kg. “Y esto repercute directamente en su economía”, reiteró.
Entonces, sugirió: “si el productor activa el sistema hormonal de las vacas, siempre y cuando les dé de comer, y haga una buena sanidad, porque magia no hace nadie, es muy probable que tenga destetes excelentes a la hora de la venta: del 30% de terneros cabeza de parición pasaría a un 40/60% y en consecuencia obtendría más kilos con las mismas vacas”.
¿Qué pasa con un rodeo extra- pampeano? “Supongamos que estamos en el norte de Santa Fe o de Santiago del Estero, nos cruzamos con un productor, y le preguntamos lo mismo: ¿cómo anduvieron los tactos? Y él dice: ‘bueno, fue un año duro, hubo sequía, promediamos el 60% de preñez’”, relató. Además, las razas mezclas entre británicas e índicas, por su naturaleza, necesitan períodos mayores para reiniciar su eje metabólico o endócrino, o sea que pueden tardar más de 60 días en recuperarse después de un parto, dependiendo del alimento, mientras que una británica es hiper- precoz y en 45 días ya está lista. “A esas vacas también se les puede adelantar el celo, con la ventaja de que, en vez de 15 días, se llega a abreviar de 20 a 40 días”, reveló.
“Mientras el productor del norte obtuvo ese 60% de preñez, en los ensayos que hicimos en esa misma zona y año, con nuestros suplementos nutricionales, además de BullSynch N, superamos el 90% de preñez, con 78% de terneros cabeza. Parece ficticio, pero lo hemos logrado”, argumentó el investigador, detallando que los casos testeados ya superan los 15 mil a lo largo y ancho del país.
¿En qué momento se aplica el producto? “Nosotros proponemos una única dosis 7-10-15 días antes de echar los toros, el asesor sabe cuándo las vacas están listas. Entonces, el útero podrá cumplir sus tiempos de involución, se acomodará, pero mientras tanto voy ganando tiempo, activando el mecanismo endócrino. En concreto, lo inyecto y todas se encienden al mismo tiempo, pero no ovulan, recién cuando el fármaco se extingue dentro de la vaca, ahí empiezan a ovular y lo hacen de manera ordenada, sincronizada”, pormenorizó.
Los ensayos confirman que, cuando se sigue el protocolo, hay una aparición de celos muy importante en los primeros 10 días. Después, a los días 20-21, se repetirá en las vacas que no entraron antes, o sea, si había algunas que venían más retrasadas, tienen la oportunidad de activarse, cumpliendo con sus tiempos metabólicos, pero siguen ovulando de manera sincrónica y agrupada en una segunda y tercera vuelta.
“Esta tecnología abre un nuevo camino en reproducción bovina ya que fue creada para perfeccionar la monta natural buscando producir más carne con el mismo rodeo, algo estratégico para la ganadería argentina”, finalizó Colman.
Por Ing. Agr. Liliana Rosenstein, Editora de Valor Carne
Publicación de «Valor Carne» de fecha 26-05-2022