Tras dos años en que las cotizaciones del ganado crecieron más que la inflación y en los que la cadena comercial de consumo quedó sistemáticamente abajo, sin poder darle alcance, ambos eslabones igualaron su evolución, con base a inicios de 2015. Cómo se movieron los precios y qué puede pasar a futuro, en el análisis de Miguel Gorelik.
Lic. Miguel Gorelik.
El valor real de la hacienda alcanzó un pico histórico en la semana de Pascua de este año. Después se estabilizó en términos nominales hasta la actualidad.
Al haberse acelerado la tasa de inflación, este parate representó una pérdida en términos reales significativa, del orden del 25%.
Esta situación pudo ser aprovechada por el sector comercial (frigoríficos consumeros, matarifes, carniceros) para acomodar sus precios a la nueva realidad del valor de los animales.
Esto sucedió tras dos años de crecimiento de las cotizaciones del ganado que logró superar a la inflación y en los que el sector comercial quedó sistemáticamente abajo, sin poder darle alcance.
Valor Carne sigue la evolución de los precios semanales de la hacienda y de la carne desde principios de 2015. Para ello tomamos como base los promedios del trimestre febrero-abril de 2015 cuando, en el entorno de una inflación del 20-25% anual (una maravilla en comparación con la actual) ambas variables se mostraron especialmente estables en términos nominales. Elegimos esta base pensando en que si durante tantas semanas ambos precios estuvieron estables es porque la relación entre ambos era razonable para las partes.
Con las aceleraciones en los valores de la hacienda que se vieron, especialmente durante oct’20-mar’21 y nov’21-abr22, los valores al público quedaron retrasados y apenas pudieron lograr empates de muy efímera vida, tras lo que volvían al retraso.
Esto se ve claramente en los siguientes gráficos, en los que se muestra el valor de los índices en valores absolutos (para la base feb’15-abr’15) y el diferencial entre uno y otro, que llegó a -25% en feb’19 y a -20% en la señalada semana pascual de este año.
En contraste con lo que sucedió en los poco más de tres años entre 2015 y principios de 2018, cuando dicho diferencial iba de un lado al otro de este equilibrio teórico, en los últimos cuatro años el sector comercial llevó el peor papel.
En estos comentarios queda implícito que ningún productor ni operador comercial, ni grupos de ellos, pueden influir en la fijación de los precios de los animales ni de la carne al público y que ambas partes sólo reciben estímulos externos, que se suman a las propias expectativas, y responden a ello en forma individual.
Un comentario accesorio es que es posible que la relación entre ambos precios se haya tornado algo más negativa para el sector comercial de lo que muestran estas gráficas, ya que desde la fecha que se tomó como base existe una cierta mayor presión tributaria y el valor de los subproductos del ganado (cuero, sebo, huesos y menudencias) se ha depreciado por diversos factores.
Al cerrarse la brecha, la evolución próxima estará más libre de reflejar las verdaderas fuerzas del mercado, aunque la alta inflación complica la transmisión de las señales nominales.
Por Lic. Miguel Gorelik, Director de Valor Carne
Publicaciòn de «Valor Carne» de fecha 11-08-2022