Vacunar a los terneros al pie de la madre permite llegar con un sistema inmune capaz de minimizar pérdidas. Qué hacer si no se aplicaron las dosis aconsejadas a partir de los tres o cuatro meses de vida. Los planes sanitarios de los veterinarios que lograron aumentar 20 puntos porcentuales los destetes en los campos asesorados.
El destete es un momento clave en cualquier sistema de producción y también de extremo estrés para los terneros. Por eso, Valor Carne entrevistó a veterinarios de campo de la Cuenca de Salado y del centro santafecino que contaron cómo los preparan para afrontar ese desafío y cómo han logrado mejorar drásticamente los índices de destete en los campos que asesoran.
Juan Manuel Fernández Pego.
El MV Juan Manuel Fernández Pego es oriundo de Rauch y egresado de la Universidad de Tandil. Desde hace siete años gestiona establecimientos de cría y ciclo completo de la Cuenca del Salado, en los partidos de Pila, Chascomús, Castelli, Ayacucho, Tandil y Rauch. En total hace la sanidad de 6.500/7.000 terneros.
“Cuando empecé, mis clientes tenían un plan sanitario incompleto, no realizaban un seguimiento eficiente de los terneros y tenían grandes pérdidas. Había mancha y neumonía, a veces letales, y también parásitos que hacían que llegaran con 40 a 50 kg menos al destete”, recordó.
Hoy el manejo de los campos es diferente: “Hago un trabajo integral. Los rodeos de cría están muy bien alimentados -con la colaboración de agrónomos- y la sanidad es muy estricta, se planifica y se cumple a rajatabla, con productos de calidad”, detalló.
Al pie de la madre, los terneros reciben dos dosis de vacunas contra enfermedades respiratorias y queratoconjuntivitis, en caso necesario, y dos dosis contra enfermedades clostridiales: mancha, gangrena y enterotoxemia. “La primera se da a los tres o cuatro meses de vida y la segunda 21 a 30 días después. Además, se les aplica una dosis de cobre como suplemento vitamínico mineral, en una de las dos oportunidades”, aclaró.
Luego, dos o tres semanas antes de separarlo de la madre, a los seis meses de vida, se hace “la sanidad de destete”. Se refuerza la protección con una tercera dosis de esas mismas vacunas, más el suplemento vitamínico mineral y un antiparasitario en función del diagnóstico de laboratorio.
“Decimos que es una vacunación al destete, pero la hacemos antes. Así evitamos sumarle el estrés de las vacunas y todos los trabajos necesarios, al momento crítico de dejar de mamar y comer solo pasto. Estando con su madre el ternero se tranquiliza y a su vez sigue recibiendo leche y con ello inmunidad”, indicó Fernández Pego.
El rodeo de cría en un campo del Salado.
Antes, esta aplicación se hacía al destete y ahora, según los últimos estudios, se anticipó. “Hemos visto en capacitaciones y cursos de posgrado, en Tandil y en Balcarce, que es mejor hacerlo previamente y hoy la mayoría de los veterinarios de la zona trabajan de ese modo”, contó.
¿Cómo evolucionó el destete? “Con este manejo integral, mis clientes pasaron del 63- 65% al 82-85% en estos siete años. Una buena alimentación y un excelente plan sanitario dan resultado. Y aún hay mucho para hacer”, aseguró.
¿Los productores reconocen el valor de la sanidad? “Sí. Al principio sinceramente fue difícil porque los costos son importantes, uno les da lo mejor, productos de primera línea. Y ahora la sanidad está contemplada en el plan anual de las empresas, correlacionada con los kilos de carne producidos, así la pagan holgadamente. El beneficio es importante”, finalizó.
El MV Eduardo Trivero vive en la localidad de Constanza, centro de Santa Fe, estudió en la Facultad de Esperanza y ejerce su profesión desde hace 29 años. Atiende 60 productores que tienen entre 500 y 2.000 cabezas, algunos hacen solo cría y otros ciclo completo o invernada.
Eduardo Trivero.
“La zona fue muy golpeada por la sequía, fueron bajando las napas freáticas, había problemas de abastecimiento de agua, además de la falta de alimento. Y para poder tener algún nivel de fertilidad aceptable, hubo que anticipar los destetes y en varios casos, alterar el plan sanitario”, relató.
Esto aumentó la aparición de enfermedades clostridiales, principalmente mancha, que se manifiesta con rengueras y muertes súbitas de terneros. “Cuando hacemos la necropsia es muy fácil ver áreas de color lila, donde se aloja el clostridium. Y la mayoría de las veces no nos da tiempo al tratamiento”, advirtió.
Así las cosas, es indispensable aplicar dos dosis de vacunas clostridiales, junto a dos dosis contra las enfermedades del complejo respiratorio, al pie de la madre. “Sin embargo en algunos casos, cuando hubo que anticipar el destete, no alcanzamos a completarlas y hubo que aplicarlas poco después. No es lo ideal, pero no hubo problemas de mancha ni neumonía en los animales vacunados”, afirmó. Y subrayó: “No se puede dejar pasar mucho tiempo entre la primera y segunda dosis, donde te descuidas aparecen los casos”.
Trivero sostiene que la vacuna clostridial es “bien económica y muy efectiva”, con dos dosis. “Logramos el 80% de protección, más o menos, es una cobertura importante”, aseveró.
Además, en los últimos dos años, hubo gran incidencia de enfermedades oculares. “Esto también implica pérdidas porque hay que asignar una persona que atienda a los animales afectados, son horas-hombre. Por eso, para facilitar la tarea, recomiendo una vacuna respiratoria con queratoconjuntivitis incluida”, puntualizó.
Por último, un problema habitual de la zona es la carencia de cobre y selenio. “Es clave no descuidarse con los minerales. El cobre es inyectable, aconsejo utilizarlo junto a la primera vacuna de mancha y la respiratoria con ‘querato’. Son varias aplicaciones, pero no se pueden minimizar, los riesgos son altos”, alertó.
Después, en la segunda tanda de vacunación se aprovecha para inmunizar contra brucelosis. “Yo la recomiendo en ese momento. En realidad, es obligatoria de tres a ocho meses de edad, o sea, que también se puede hacer en el acto vacunal de la aftosa. Pero si esperamos, por ahí los terneros están en otro campo y se nos pasan de edad”, señaló el veterinario, aludiendo a que se trata de un método sencillo para cumplir con la reglamentación.
“Una vez que empiezan a comer pasto, cuando tienen unos seis a siete meses de vida, hacemos el análisis coprológico y, en caso necesario, les damos un antiparasitario”, dijo Trivero, completando el plan sanitario.
¿Y los destetes? “Mejoran mucho en estos años, no solo por las vacunas. Cuando me recibí el ternero valía un 10% menos que el novillo y hoy está un 10% arriba o más. Muchos productores que eran novilleros netos, incorporaron la cría y como tenían experiencia con alfalfas y maíces, y se asesoraron con técnicos, pudieron dar de comer bien a sus vacas”, rememoró.
Otro cambio de impacto fue el manejo reproductivo. “Al principio no estacionaban los servicios, se estima que los destetes eran del 60 a 70%. Con esta práctica en marcha, sumada a una sanidad estricta, casi todos llegan al 80%. Algunos con rodeos muy bien manejados logran mucho más, entre mis clientes hay quienes alcanzan el 90%. No es obra mía, creo que es un crecimiento conjunto”, finalizó.
En todo el país
Para finalizar, desde Valor Carne tomamos contacto con el MV Nicolás Palacio del servicio técnico del laboratorio CDV, buscando conocer cómo está la situación de los destetes en el país al día hoy.
“Hay zonas donde se respetaron las vacunaciones a partir de los tres y cuatro meses, y otras en la que no se hicieron, sea por idiosincrasia, por falta de planificación o por la sequía”, comentó.
¿Qué pasa si no se aplicaron en su momento? “Es fundamental preparar al ternero para afrontar el estrés de destete y el cambio de alimentación. Se puede dar una primera dosis 30 días antes del destete y la segunda 15 días antes con vacunas de los complejos respiratorio y clostridial”, sostuvo.
De esta manera se llegará a ese momento crítico con un sistema inmune capaz de disminuir o mitigar cualquier pérdida. “Mas allá del problema de la mancha, que describió el colega, para el caso de una neumonía, aun cuando ese ternero no tenga un destino fatal, seguramente pesará 10 a 15 kg menos al destete, pérdida que arrastrará a lo largo de su ciclo de engorde. Y a esto hay que sumarle el costo de los tratamientos, equivalente a la vacunación a doble dosis de entre 5 y 7 terneros”, planteó Palacio.
En concreto, si bien los destetes están mejorando en algunas zonas, a nivel país siguen en un 65%-67% promedio. “La vacunación es una de las prácticas que permite cuidar esos terneros para mejorar la productividad, sin aumentar el stock de vacas que tenemos en los campos”, concluyó.
Por Ing. Agr. Liliana Rosenstein, Editora de Valor Carne
Publicación de «Valor Carne» de fecha 29-02-2024