El Secretario de Agricultura hace una puesta a punto de las políticas para la cadena cárnica, desde la semilla forrajera a los mercados. La desregulación de las exportaciones y los cambios en la macro que impulsan créditos a tasas menores. Las iniciativas para normalizar el consumo y salir al mundo con más carne trazada y certificada poniendo en valor su bajo impacto ambiental.
Fernando Vilella.
En un escenario de profundas transformaciones macroeconómicas, el Secretario de Agricultura, Fernando Vilella, dialogó con Valor Carne analizando los avances del primer trimestre de su gestión en ganados y carnes, muchos de los cuales se están tratando en diferentes encuentros en Expoagro.
En primera instancia se refirió a una iniciativa para dinamizar el mercado de semillas forrajeras: la adhesión de la Argentina al UPOV 91.
“Entendemos que este acuerdo internacional permitirá asegurar la propiedad intelectual de los obtentores públicos y privados. Eso tiene impacto directo en la productividad de los sistemas ganaderos y contribuiría a devolverle la rentabilidad al productor. La semilla es parte del negocio”, planteó, refiriéndose al mecanismo incluido en la Ley Bases para normalizar la oferta de genética vegetal en el país.
En muchos cultivos, la Argentina está atrasada en eventos porque las empresas se han retirado del mercado ya que no se pagan derechos de uso. “Lo paradójico es que finalmente estas erogaciones resultan mucho menores que los beneficios a lograr”, explicó Vilella. En soja, por ejemplo, “a principios de siglo teníamos iguales rendimientos que los Estados Unidos y Brasil, y hoy estamos 600/700 kg/ha abajo. Eso significa más de 200 USD/ha que se dejan de percibir mientras que ese derecho podría haber sido 6 a 7 USD/ha”, pormenorizó.
También habrá impactos para las Pymes de semillas forrajeras, muchas de la cuales trabajan con el INTA y otros ámbitos de investigación. “Serían las más beneficiadas. Ya existe un mecanismo por el cual los obtentores reciben un porcentaje del valor de la semilla, pero hay agujeros legales (que se normalizarían con el UPOV 91) y a esto se suma la baja fiscalización”, advirtió.
En este contexto, por lo pronto, se está repotenciando la tarea del INASE con la participación de productores e industria. “Estamos lanzando auditorías para detectar la utilización de bolsa blanca, o sea, semilla que no ha pagado derechos. Y activando el sistema de multas y los valores de inscripción para dotar de recursos a los inspectores que salgan al campo”, apuntó.
Tranqueras adentro
Una buena noticia es que la cantidad de terneros que se van a destetar es mayor a los previsto por el efecto de la sequía: 14,5 millones de terneros, que estarán en el sistema en los próximos dos años. “Es un número interesante, mérito de los ganaderos, de su capacidad de innovar. Los aplaudo”, afirmó.
¿Incentivos a la producción? “La idea es brindar el crédito más barato posible para que puedan mejorar su productividad”, respondió.
En tal sentido, en Expoagro se están anunciando una cantidad importante de nuevas líneas de crédito, tanto de bancos públicos como privados, a tasas menores. Hasta ahora el Estado era casi el único tomador de pesos, básicamente, a través de las Leliq se llevaba el 80 a 90% del total. Al extinguirse ese mecanismo, los banqueros tienen que salir a prestarle al sistema productivo, en el mundo los bancos viven de eso”, aseveró. Y agregó: “Hoy, hay más disponibilidad de pesos y dólares, entonces se están lanzando créditos en ambas monedas a muy baja tasa y en algunos casos a valor producto (por ejemplo, leche)”.
En cuanto a tecnología, el Programa Cambio Rural (6.500 productores Pymes) está aggiornando la metodología de trabajo tradicional con nuevas herramientas y el INTA también está reconfigurando su perfil en innovación y extensión.
Otro tema que se está evaluando es la trazabilidad individual del ganado. “En las próximas semanas se diseñará un anteproyecto que debatiremos con los productores. Apuntamos a que puedan sumarse a un sistema basado en el seguimiento electrónico de sus animales, lo que les permitirá perfeccionar la gestión a campo y diferenciar la carne argentina en el mundo”, anunció.
En la industria
En los primeros días del nuevo gobierno se eliminaron todas las regulaciones en materia de volúmenes de exportación, cupos y cortes prohibidos, así como las leyes de góndolas y precios máximos. “Más allá de que nuestra visión general es el libre comercio, estas trabas muchas veces generaban mecanismos para obtener una retribución por ello”, alertó Vilella.
La desregulación ayudará a que la ganadería pueda capturar mayor valor de mercado. “Impulsaremos las colocaciones con trazabilidad y certificaciones para aprovechar el bajo impacto ambiental de nuestros sistemas productivos. Ya hay algún caso reciente de carne con sello carbono neutro y pronto saldrá un primer contenedor a Alemania de carne libre de deforestación de una iniciativa privada”, dijo.
Por otro lado, había necesidad de perfeccionar la distorsión en las estadísticas de exportación de los últimos años, cuando se empezó a embarcar cantidades importantes de hueso de despostada a China.
“Si no hay buena información es muy difícil tomar decisiones”, advirtió. La Dirección Nacional de Producción Animal corrigió el error y, con ello, bajó el volumen de lo exportado y subió lo consumido (unos dos kilos/por persona/año). “Aun así, tuvimos en enero y febrero los máximos embarques en 51 años, sin perjuicio para la ingesta de la población. Consideramos que esto es una respuesta a todas esas desregulaciones”, subrayó.
Un logro de los últimos días es la apertura a la carne kosher con hueso, bovina y ovina, del mercado de Israel, tercer importador de productos de origen animal de la Argentina. “El fluido relacionamiento del gobierno con ese país ha permitido acelerar muchísimo ese proceso”, reveló.
Asimismo, hubo encuentros con el embajador de Japón para que se permita el ingreso de carne de la zona libre de aftosa con vacunación y con el de China para que finalice el trámite de acceso para menudencias.
En cuanto al consumo interno, Vilella se refirió básicamente a la protección de los trabajadores y consumidores. “Entendemos que el doble o triple estándar sanitario puede afectar la salud de la población, hoy son muy diferentes a escala federal, provincial y municipal”, describió.
“Por ejemplo, hay una normativa que establece que el trabajador no puede levantar más de 32 kg, pero no se cumple ni se controla. Incluso en Buenos Aires se ven operarios cargando reses al hombro, bajándolas de camiones no refrigerados”, puntualizó.
La propuesta en la Ley Bases es que el conjunto del sistema industrial este reglado por la normativa del Senasa. “En caso de no poder trabajar bajo ese paraguas la idea es que todas las plantas se adecuen a los requisitos del servicio sanitario nacional, más allá de quien los controle. Y se está conversando con las provincias para hacer inspecciones combinadas con el área de salud y trabajo”, aseveró.
Escuela de negociadores
Por otra parte, el Secretario coordinó con Cancillería el lanzamiento de un curso de bioeconomía (obligatorio) para el personal de embajadas y futuros diplomáticos, con foco en las ventajas ambientales de los sistemas productivos argentinos.
Vilella y Mondino, en una de las acciones conjuntas realizadas en Expoagro.
“Son de los más amigables del mundo, tienen muy baja huella de carbono. En maíz, hemos medido un 60% menos que la media global y eso impacta en la ganadería. A su vez, hay campos que también han medido y hallaron muy buenos datos, dado que la mayor cantidad de kilos de nuestros animales se producen en pastizales y pasturas, a diferencia de otros países”, argumentó.
Ayer (miércoles) Vilella y la Canciller Diana Mondino recorrieron Expoagro junto a embajadores y estudiantes de la carrera diplomática . “Queremos que entiendan nuestra forma de producir, por qué es diferente. El objetivo es que, a la hora de negociar en foros internacionales, no compren discursos de otros lugares que muchas veces están sesgados”, señaló.
En esa línea, el Secretario se reunió en la muestra con sus pares del Mercosur, más Bolivia y Chile, países que aportan casi el 40% de las exportaciones globales de carne bovina. “Acordamos avanzar en forma conjunta con el propósito de sustituir las métricas utilizadas en otras regiones del mundo, que no reflejan nuestras realidades y a veces no están basadas en la ciencia”, finalizó.
Publicación de «Valor Carne» de fecha 07-03-2024