En tiempos en que se buscan novillos más pesados para abastecer mercados externos, el INTA analiza si los beneficios de lograrlos con madres más grandes compensan los mayores costos en alimentos. ¿Hay margen en la Cuenca del Salado para seleccionar por este atributo sin afectar la fertilidad?
Maresca, López Valiente y Rodríguez.
Si bien son conocidas las alternativas nutricionales y el efecto de los cruzamientos para incrementar el peso de faena, no hay suficiente información local acerca de incluir biotipos más grandes de una misma raza para alcanzar ese objetivo. Sebastián López Valiente, Alejandro Rodríguez y Sebastián Maresca, del INTA Cuenca del Salado, analizan los pros y los contras de aumentar el tamaño de la vaca con el propósito satisfacer la demanda de novillos más pesados para exportación.
“El tamaño de la madre impacta en el peso del ternero, una vaca grande da un ternero más pesado. Sin embargo, en proporción, tiende a ser más ineficiente en nuestros sistemas, o sea, la más chica desteta más kilos de ternero en relación a su peso. Por ejemplo, si tiene alrededor de 400kg desteta el 40% de su peso, mientras que si supera los 500 kg esa relación se acerca al 35%”, dijo a Valor Carne López Valiente, sintetizando los resultados de los estudios realizados al momento por el INTA.
Detrás de los datos
Para conocer la relación entre el peso al destete y el peso de la madre, se recolectó información de tres rodeos de cría de razas británicas de los partidos de Chascomús, Las Armas y Balcarce. Se utilizaron vacas con un estado corporal similar (5, en escala de 1 a 9), cuyo rango de peso, obtenido 90 días antes del parto, fue de 270 kg a 549 kg.
“Compilando los datos vimos que, por cada 100 kg de incremento en el peso de la vaca, aumentaba 20,6 kg el del ternero”, afirmó.
Seguidamente, buscando una medida de eficiencia, se estimó cuánto representa el peso del ternero al destete en relación al peso de vaca. En concreto, si una vaca de 450kg desteta un ternero de 180 kg, estaría brindando el 40% de su peso.
“Concluimos que una vaca más pesada, tiende a destetar menos kilos de ternero con respecto a su peso vivo, que una vaca de menor peso (4% menos cada 100kg)”, subrayó López Valiente.
¿Por qué las vacas más chicas resultan más eficientes? “Si bien las más grandes destetan terneros más pesados, también consumen más forraje. Y este mayor consumo no se reflejó en más kilos de terneros por kilo de alimento consumido. Por lo tanto, mantener vacas más grandes en el campo no siempre resulta ventajoso desde este punto de vista”, respondió.
Así las cosas, “la cantidad y calidad de forraje disponible y las condiciones climáticas pasan a jugar un papel preponderante”, advirtió, aludiendo la necesidad de profundizar las investigaciones con mayor número de animales y diseños específicos para tal fin.
En cuanto a la etapa posdestete, en el INTA Balcarce se evaluaron hace unos años dos biotipos de novillos: uno proveniente de vacas chicas (390-420kg) y otro de vacas grandes (520-550kg). “Los novillos pesaron 73kg más a la faena por cada 100kg que se incrementaba el peso de la madre, pero mientras tanto el consumo de materia seca aumentaba 1,94kg/día”, describió López Valiente, aludiendo a resultados alineados con estudios internacionales.
Otro efecto indeseable es que, al seleccionar toros de mayor tamaño para mejorar el peso de faena de los novillos, se generan vaquillonas para reposición que también aumentan su peso adulto, lo que se ve acompañado por mayores requerimientos nutricionales.
“En regiones con recursos forrajeros limitados, como la Cuenca del Salado, esos requerimientos podrían ser difícil de cubrir, afectando la capacidad reproductiva. Muchas vacas no alcanzarán la condición corporal adecuada para entrar en celo y preñarse en la temporada de servicio”, alertó.
En síntesis, se verá resentida la cantidad de terneros producidos y, por ende, la rentabilidad del sistema de cría.
Qué biotipo rinde más
“¿Hay margen para aumentar el tamaño de la vaca o estamos en el límite sin afectar los aspectos reproductivos?, planteó López Valiente, refiriéndose al propósito de incrementar el peso de faena desde la principal zona productora de terneros del país.
En el mercado se dispone de toros que podrían satisfacer ese objetivo, pero se desconoce si los pesos adultos son lo suficientemente extremos como para acarrear problemas de precocidad y fertilidad en las futuras hembras de reposición.
En este marco, el INTA Cuenca del Salado comenzó una línea de investigación con el fin de evaluar el desempeño de diferentes biotipos en sistemas de ciclo completo, públicos y privados.
“Seleccionamos dos líneas de toros Angus, la raza predominante en la zona: tres padres de crecimiento bajo a moderado desde el nacimiento hasta el tamaño adulto; y cuatro padres con tamaños moderados al nacimiento y alto crecimiento posterior”, indicó.
Estos reproductores se aplicaron a 5 rodeos -con un total de 584 vacas inseminadas- de Colonia Ortiz Basualdo y Colonia Ferrari, ambos pertenecientes al INTA, y del establecimiento La Chingola de Rauch. Sobre esta base, se estudiarán las características de los machos hasta la faena y particularmente el crecimiento, precocidad sexual y fertilidad a lo largo del ciclo, en el caso de las hembras.
A futuro
La selección de toros con mayor tamaño puede ser beneficiosa para la producción de carne, pero es importante evaluar si, con los biotipos extremos que hay en Argentina, pueden surgir efectos adversos en la eficiencia reproductiva.
“El objetivo es generar información que ayude a los productores a encontrar un equilibrio entre el aumento del tamaño de la vaca para mejorar el peso de faena y la fertilidad del rodeo”, finalizó López Valiente.
Por Ing. Agr. Liliana Rosenstein, Editora de Valor Carne
Publicación de «Valor Carne» de fecha 03-04-2025