Un estudio compiló los datos de la mayoría de las pruebas de consumo residual de distintas razas realizadas en el país. “Los animales más negativos comieron 24% menos que los más positivos, sin modificar la ganancia de peso ni los atributos de la res. Se confirma la implicancia de producir lo mismo con un cuarto menos de alimento”, aseguró Pordomingo.
Aníbal Pordomingo.
Mientras avanzan las determinaciones de consumo residual (RFI) de las distintas razas, se presupone que esa característica no debería tener efecto sobre el aumento de peso diario ni sobre las características de la res, buscando seleccionar los animales más eficientes sin variar el biotipo de la ganadería argentina.
Para confirmarlo, el Ing. Agr. Aníbal Pordomingo del INTA Anguil, referente en la temática, analizó los resultados agrupados de una veintena de pruebas mono raciales realizadas entre 2020 y 2024 y los presentó en el 47º Congreso Argentino de Producción Animal. Desde Valor Carne abordamos este estudio porque es un indicador del potencial para ahorrar recursos forrajeros tranqueras adentro.
¿Qué es el RFI? Es un dato que surge de calcular la diferencia entre el consumo real y el estimado en función de lo que necesita el animal para mantenerse y crecer. Los individuos de RFI negativo consumen entre 16% y 24% menos que sus pares de RFI positivo para el mismo ritmo de ganancia diaria, ya que utilizan mejor la energía.
“Cuanto más negativo es ese dato, más eficiente resulta el ejemplar. Usando este indicador podemos seleccionar animales sin modificar el tamaño ni la composición de la carcasa, con su área de ojo de bife, engrasamiento y demás. Y eso es muy importante porque si eligiéramos avanzar por ganancia de peso, probablemente, la descendencia resultaría más magra”, explicó Pordomingo. Y planteó: “si bien hay bibliografía internacional al respecto, dada la implicancia de este carácter heredable para la producción de carne, necesitábamos validarlo a nivel local”.
El estudio
Se analizaron en conjunto los resultados de 20 pruebas de RFI (1.694 toros) incluyendo las razas Limangus (692 toros), Angus (694), Brangus (204 toros), Hereford (33 toros), Bonsmara (47 toros) y Braford (42 toros).
Se realizó un análisis grupal de estas pruebas relacionada a las determinaciones de peso vivo inicial (PVi), peso vivo final (PVf), aumento de peso vivo (ADPV), consumo individual de materia seca (CMS), índice de eficiencia de conversión (CMS/ADPV) y consumo residual (RFI).
En cuanto al diseño de las pruebas, tuvieron una duración de unos 55 días de registro continuo de CMS, luego de una adaptación de 15 días al grupo (de distintos orígenes) y a las rutinas. Las dietas fueron similares en oferta y se ofrecieron sin restricciones en comederos electrónicos de registro individual.
En un primer análisis se compararon los grupos de RFI negativo (RFI-) vs RFI positivo (RFI+). En un segundo se hizo los propio con los grupos de RFI inferior a -0.5 kg y superior a +0.5 kg, removiendo los individuos del centro (de -0.5 a 0.5) con el objeto de comprobar si los supuestos se mantenían en esos extremos.
En el feedlot
En promedio, como se observa en el primer cuadro, los toros del grupo RFI positivo vs el grupo RFI negativo tuvieron un CMS 16% superior (11,1 vs 9,6 kg/d) y un índice de conversión (CMS/ADPV) 14% mayor para lograr las mismas ganancias de peso (1,6k/d). O sea que los RFI negativos comieron 0,724 kg/d menos de lo estimado y los RFI positivos 0,767 más (según la metodología de cálculo del RFI) y en línea con los resultados de las pruebas mono raciales.
“Si en los feedlots del país se lograra ese 16% de ahorro en alimento para producir un mismo aumento de peso, prácticamente equivaldría al resultado económico de la actividad”, apuntó Pordomingo, aludiendo a la fortaleza de seleccionar animales en función del RFI.
A su vez, al comparar los grupos extremos de RFI inferior a -0.5 y superior a 0.5 se observó para los más negativos un CMS 24% inferior y un índice de conversión 21% superior en relación a los más positivos.
En ambos casos estos animales más eficientes comieron menos sin modificar la ganancia diaria de peso y terminaron con pesos finales muy similares, de poco más de 450 kg.
En la carne
Para completar este meta análisis, Pordomingo evaluó en conjunto los resultados de 13 de pruebas que fueron complementadas con estudios de res y calidad de carne.
En esta oportunidad se incluyeron siete pruebas de la raza Limangus (539 toros), tres de Brangus (204 toros), una de Hereford (33 toros), una de Bonsmara (47 toros) y una de Braford (42 toros).
Al finalizar cada prueba se determinó el área de ojo de bife (AOB), espesor de grasa dorsal (EGD) y contenido de grasa intramuscular (GI) de cada individuo mediante ultrasonografía sobre el dorso del animal.
En promedio, el consumo e índice de conversión se mantuvieron también en línea con los resultados del meta análisis anterior. En cuanto al cotejo de los parámetros de la res y la calidad de carne, el área de ojo de bife (82.3 vs 82.6 mm), la grasa dorsal (4.67 vs 4.9 mm) y la grasa intramuscular (2.73 vs 2.76%) no presentaron diferencias entre ambos grupos, corroborando los datos de la literatura internacional.
Para finalizar, Pordomingo resaltó que este estudio de pruebas de RFI y tipos raciales a nivel nacional busca respaldar el trabajo de los productores en la selección de animales más eficientes “Se destaca la implicancia del ahorro de alimento que resultaría de lograr rodeos que produzcan lo mismo manteniendo las composición y calidad de la res, con un cuarto menos de alimento”, concluyó.
Por Ing. Agr. Liliana Rosenstein, Editora de Valor Carne
Publicación de «Valor Carne» de fecha 21-11-2024