Desde el INTA pronostican un julio con precipitaciones por debajo de la media, aunque habrá una recuperación en los meses siguientes. Sin embargo, el clima más cálido podría generar falta de agua en zonas puntuales. El impacto real del Niño.
La primavera traerá lluvias normales, con mayores temperaturas
Tras la fuerte sequía del último verano, los pronósticos de la llegada de un evento Niño traen alivio para el próximo ciclo estival. Sin embargo, desde Instituto de Clima y Agua del INTA, relativizan el pronóstico.
“Si tenemos suerte, vamos a tener un inicio de verano bueno, pero cualquier predicción a 2019 es compleja. Por ahora, podemos prever una primavera con lluvias normales, aunque con temperaturas más altas, por lo que habrá que estar atento a la evolución de las reservas de agua”, dijo a Valor Carne, Carlos Di Bella, Director del Instituto. Y advirtió que la ocurrencia de un fenómeno Niño “no garantiza mayores lluvias en toda la región”.
Zona por zona
Según los modelos de pronósticos analizados por el INTA, en la primavera gran parte de la Argentina atravesaría una situación de normalidad en relación a las lluvias. “Las zonas en las que durante esos meses tradicionalmente llueve más, seguramente recibirán buena cantidad de agua”, explicó Di Bella.
En el NOA, el NEA y la Región Centro, se esperan lluvias por debajo de las habituales durante el mes de julio, con una recuperación a partir de agosto. “Hay que tener en cuenta que en julio ya de por sí llueve poco, así que tampoco afectaría tanto la ecuación de oferta y demanda de agua”, subrayó.
¿Cómo puede impactar este pronóstico viniendo de una seca tan fuerte? La clave para precisarlo, está en la restitución de agua que se dio durante abril y mayo. “Fueron meses bastante llovedores así que en gran medida los perfiles recuperaron lo que habían perdido durante el verano”, sostuvo.
De todos modos, recomendó no perder de vista el tema de la temperatura. “Hay una alta probabilidad de que tengamos una primavera más calentita, con mayor demanda de agua, por lo que si se dan situaciones de lluvias normales podría haber déficits particulares. Por eso es importante monitorear el estado actual de las reservas”, precisó.
En ese sentido, la región con previsiones de mayores temperaturas es el Litoral, que en gran parte recibió mucha agua durante el otoño. “La mayoría de Corrientes, Entre Ríos, el oeste de Santa Fe y Formosa y Chaco, tienen altos niveles de reservas. Pero hay puntos en donde está entre niveles medios y bajos. En el NOA y el centro de Santa Fe, hay amplias zonas con reservas regulares o bajas. Sobre esta base, todo va a depender de cuándo caigan las lluvias en la primavera y si coinciden con la mayor demanda de agua por tener más temperatura”, sentenció.
El mito del Niño
Otro punto destacado por Di Bella, es que si bien la temperatura del océano Pacífico marca la entrada de un evento Niño en los próximos meses, esto no significa que se vayan a producir más lluvias de una forma pareja en toda la región.
“Es una idea que hay que desterrar. Lo que pasa en la región central cuando hay un Niño es muy variable entre años y zonas, por lo que generalizar que este fenómeno va a significar más agua en el verano no tiene bases científicas”, subrayó. Y agregó: “por ejemplo, en Córdoba, si analizamos las estadísticas, vemos que llovió más solamente en diciembre. Además, han coincidido años Niño con intensas sequías e incluso, este último otoño, bajo influencia de la Niña, salimos de la seca con fuertes inundaciones”.
En definitiva, para el científico, “un año Niño o Niña, da algunas pistas a largo plazo, que son muy útiles, pero la variabilidad climática a nivel regional no solo está determinada por ese fenómeno”. Además, prosiguió, “hay que prestarle cada vez más atención a los componentes de humedad en el suelo y consumo de agua”.
Por Marcos Lopez Arriazu, Jefe de Redacción de Valor Carne
Publicaciòn de fecha 10/07/2018