Por primera vez el Premio La Nación-Banco Galicia en esa categoría fue otorgado a un frigorífico. Mediante un convenio con el INTA e INTI, Logros SA midió la huella ambiental de la carne desde la producción del novillo en Santiago del Estero hasta la llegada a los mayoristas en Europa, EE.UU. y Chile, que están comenzando a exigir esos datos. La innovación será escalada por otras 28 industrias exportadoras.
Logros SA es una empresa familiar que cuenta con una planta industrial en Río Segundo, Córdoba y campos mixtos en Lavalle, Santiago del Estero, donde hace cría y recría en monte natural y pasturas de Gatton Panic, y termina novillos de 450-570 kg en sistema pastoril o en el feedlot. Buscando satisfacer a un cliente europeo, junto al INTA e INTI, midieron la huella de carbono o potencial de calentamiento global de la carne, entre otros ítems, para contar con la “Declaración Ambiental de Producto” o Eco- Etiquetado, que tiene pocos antecedentes en la industria cárnica internacional. Tras recibir el Premio a la Excelencia Agropecuaria La Nación-Banco Galicia, en la categoría “Mejor Trabajo de Investigación”, los protagonistas contaron su experiencia a Valor Carne.
Ing. Agr. José María Roca, Gerente de Logros SA.
“Siempre fuimos muy atentos al cuidado del medioambiente, tenemos un plan de trabajo desde hace 15 años. Pero el detonante para este estudio fue un mayorista de Alemania, que hace tres años nos avisó que dejaría de comprarnos porque sus clientes no acepaban alimentos que no mostraran el costo ambiental de producirlos. Entonces, pensé: ‘hay que hacer algo, pero con rigor científico”, recordó el Ing. Agr. José María Roca, Gerente de Logros SA. Así las cosas, planteó su problemática al Ing. Agr. Rodolfo Bongiovanni, del INTA, con larga trayectoria en medir la huella ambiental de productos agrícolas, quien a su vez convocó a la Ing. Ind. Leticia Tuninetti, del INTI, que hace lo propio a nivel industrial. “Me propusieron analizar el ciclo de vida de nuestra carne de exportación y me pareció muy interesante”, agregó.
Sin embargo, en la empresa surgieron dudas sobre los posibles resultados. “Hay un semáforo rojo, un dato que los consumidores tienen presente, que es una emisión promedio de 100 kg CO2 eq / kg de carne a nivel mundial. Y nosotros no sabíamos dónde estábamos parados”, reconoció el Gerente, aludiendo a un trabajo científico publicado en la revista Science que relevó 38.700 establecimientos ganaderos de 119 países.
Finalmente, la empresa y los institutos públicos juntaron esfuerzos y conocimientos para hacer la evaluación del impacto ambiental en la tranquera del campo, la salida del frigorífico y el producto puesto en los mayoristas de Miami, EE.UU.; Dusseldorf, Alemania, y Santiago de Chile. “Son los mercados donde tenemos mayor presencia con la cuota Hilton y cortes premium e implica los tres sistemas de transporte, barco, avión y camión. Además, el estudio nos permitía identificar los puntos calientes del sistema y proponer mejoras”, afirmó Roca.
Ing. Agr. Rodolfo Bongiovanni, INTA Manfredi.
Científicos de cara al mercado
Bongiovanni, del INTA Manfredi, coordina un equipo de 102 investigadores de todo el país especializados en Huellas Ambientales y Análisis de Ciclos de Vida, que trabajan en vinculación con el INTI.
“La inquietud del frigorífico surgió porque hay una creciente demanda de los consumidores para que la industria alimentaria ‘muestre los números ambientales’, en especial de la carne vacuna, porque se le adjudica una alta responsabilidad en el calentamiento global”, planteó, aclarando que, sin embargo, la ganadería es responsable del 5,8% de las emisiones totales, mientras en el sector de la energía hace al 73% de las mismas.
Frente a esta interpelación de la sociedad, la respuesta de los investigadores se enfocó en cuantificar las emisiones de la carne de Logros mediante un protocolo de la Unión Europea, reconocido a nivel mundial, la Declaración Ambiental de Producto, que se basa en el Análisis de Ciclo de Vida. “Ahí está bien especificado qué es lo que tiene que medirse y cómo se hacen los cálculos. Por nuestra parte, somos muy estrictos y atentos a la calidad de los datos”, aseveró Bongiovanni.
Hey Food Industry, show us your numbers. “Eh industria alimentaria, muéstrenos sus números”, es el reclamo de una campaña de publicidad.
¿Qué se evaluó a nivel de campo? “Medimos cuánto se emitió para producir 1 kg de peso vivo a la salida del novillo, de raza europea, incluyendo lo generado desde que nace su madre hasta que pare el ternero y se termina para faena”, indicó. En concreto, todo este proceso es el ciclo de vida de ese animal, en el cual se incluyen las emisiones propias y las de sus progenitores, así como los gases generados por los efluentes y por los alimentos producidos dentro y fuera del establecimiento.
Una cuestión importante para hacer el estudio es contar con registros detallados. “En este caso, si hacen un silo de sorgo, tienen datos de cuánto combustible se utilizó, cuánto se sembró, con qué densidad, con qué fertilizante, cuál fue la producción de materia seca, toda esa información tiene que estar disponible”, destacó Bongiovanni.
Resultados
Tras un año y medio de trabajo los investigadores publicaron los datos. “En la tranquera del campo, encontramos una huella de casi 12 CO2 eq /kg de carne, pero en la industria se necesitan 2,7kg de animal para obtener un kilo de producto sin hueso, entonces esa huella se multiplica casi por tres y a la salida del frigorífico alcanza a 28,5”, explicó.
El principal punto caliente hallado en este proceso es la emisión de metano por la fermentación entérica durante la cría y también en el engorde, que en el feedlot es inferior a la terminación pastoril, seguido por las emisiones de metano y óxido nitroso de las heces y orina. Lejos quedaron las huellas de los cultivos que componen las dietas, por el bajo uso de fertilizantes nitrogenados. “La gestión de los desechos evitando su almacenamiento prologado es un aspecto que se podría mejorar”, aconsejó Bongiovanni.
Continuando con el ciclo de vida, al llevar la carne a Miami en avión, que tiene un impacto ambiental muy alto, la huella sube de 28,5 a 31,5 CO2 eq /kg de carne. “En cambio, cuando se envía a Europa por barco, al contrario de lo que podríamos pensar, aumenta medio kilo, a 29 kg. Por último, el transporte a Santiago de Chile con un camión refrigerado, impacta apenas en 100 gr y pasa a 28,6 kg”, pormenorizó.
Para Bongiovanni, el dato más importante es el del producto final, llevado a 1kg de carne envasada al vacío, refrigerada, que en el caso de Logros está muy por debajo del promedio mundial. “Esa es la información que busca el consumidor, porque conoce la referencia de 100 kg de CO2 eq /kg de carne. Además, comparamos nuestro estudio con carnes certificadas de Brasil, que utilizan el mismo método que aplicamos aquí, y Logros está un 47% por debajo”, subrayó.
“El trabajo implicó el desarrollo de un software, que incluye la posibilidad de hacer el balance de carbono; si hay secuestro por parte de las pasturas, el dato se resta. Es algo que, por lo pronto, no medimos ya que no tiene parámetros reconocidos internacionalmente”, sostuvo Bongiovanni.
Eco-etiquetado
Actualmente el frigorífico está tramitando la Declaración Ambiental de Producto ante el INTI, que representa esta certificación, para que la huella ambiental figure en la etiqueta. “Somos la primera empresa cárnica del país y una de las pocas del mundo en certificar estos procesos, es el camino para poner en el paquete la eco-etiqueta que nos pedía el cliente de Alemania”, reveló Roca.
“Desde Logros, hicimos punta de lanza, pienso que por eso nos premiaron, estamos muy contentos. Y no nos quedamos ahí, presentamos una propuesta para que los investigadores repliquen esta experiencia en otros 28 frigoríficos exportadores, con respaldo del IPCVA, a partir de marzo, de modo que agregue valor a todo el sector cárnico argentino”, finalizó.
Por Ing. Agr. Liliana Rosenstein, Editora de Valor Carne
Publicaciòn de «Valor Carne» de fecha 06-01-2022