Un estudio revelador para el feedlot argentino evaluó el desempeño de diferentes tipos de novillos que recibieron dietas a base de grano entero, partido, húmedo y rolado al vapor. “Medir su efecto en la ganancia diaria y en la conversión alimenticia y verificar si las mejoras están condicionadas por el tamaño del animal, es clave en tiempos de cereal caro”, plantean desde Biofarma.
Biofarma es una empresa de nutrición animal con más de 40 años de trayectoria que cuenta con un feedlot experimental, en Jesús María, Córdoba, con el objetivo de generar información para contribuir a mejorar la eficiencia de la ganadería intensiva. El Ing. Agr. Juan Manuel Bollatti, Gerente técnico del centro de investigación, presentó los resultados de un estudio inédito que combina distintos grados de procesamiento del grano de maíz con las principales categorías que faena el país. Una información estratégica para tomar decisiones en la nueva era de alimentos caros.
“El maíz es el 70-80% de la dieta del feedlot y hay numerosos trabajos que indican que el solo hecho de procesarlo tiene un alto impacto en el engorde. Pero la idea fue cuantificarlo con rigor científico, en una muestra representativa de los modelos productivos del país, comparando sus efectos en novillos livianos y pesados”, planteó a Valor Carne el joven profesional, con estudios de posgrado en los Estados Unidos, aludiendo a la importancia de contar con evidencias locales de la performance animal cuando se pasa de grano entero a quebrado, grano húmedo y rolado al vapor.
¿Cómo se suministra el grano? “En la Argentina, una buena parte de los productores procesa el grano, ya sea como quebrado o húmedo, sin embargo, un gran número aún lo utiliza entero, sin ningún grado de tratamiento. Si bien esta modalidad es predominante en feedlots de menor escala, también se observa en los de mayor tamaño”, afirmó, detallando que la limitada adopción de esta práctica se ampara en varias justificaciones.
“Se habla del trabajo y el costo extra que significa. A esto se suma la falta de información reciente y que algunos estudios de hace unos años mostraban diferencias menores o nulas entre grano entero y procesado. También se oye que, con hacienda liviana, la más difundida, no es necesario procesar. Pero no es lo que demostramos con nuestro ensayo”, argumentó Bollatti.
Históricamente, el maíz fue barato en el país, pero las fuertes subas de los últimos tiempos, que probablemente sean de largo plazo, están haciendo repensar a cualquier productor las prácticas que se aplican.
La experiencia
El equipo de investigadores de Biofarma junto a pasantes de agronomía y veterinaria.
El Centro Experimental de Nutrición Animal de Biofarma (CENAB) está diseñado para hacer estudios con hasta 2.000 mil animales y posee 12 colaboradores entre técnicos y personal de apoyo, abocados exclusivamente a la investigación. Con infraestructura de avanzada, cuenta con el primer equipo de rolado al vapor del país, con fines no sólo experimentales, sino también productivos.
El ensayo se basó en una muestra de gran tamaño y un protocolo de trabajo estricto como para obtener conclusiones consistentes. “Se trabaja con la idea de que todos los estudios puedan ser publicados en revistas científicas nacionales e internacionales de producción animal, de modo que la información esté validada y disponible para productores y técnicos”, aseveró Bollatti.
¿Cómo se diseñó el experimento? Participaron 392 animales británicos que llegaron desde distintos establecimientos de Buenos Aires y La Pampa. Aplicando un diseño de bloques al azar, se formaron 28 corrales con 14 novillos cada uno, separando los livianos, que ingresaron con 250 kg promedio y los pesados, con 380 kg promedio. Los distintos tipos de procesamiento de granos fueron asignados en forma aleatoria para medir su efecto en el engorde y la interacción con la categoría animal.
Todos los tratamientos consistían en la misma dieta base, compuesta por burlanda, silaje, alfalfa e igual proporción de maíz, sólo se diferenciaban en la forma en que se utilizaba el grano, cuatro en total. Uno, grano entero sin procesar; dos, grano seco quebrado hasta un tamaño de partícula de 2 mm; tres, grano húmedo, cosechado con 27% de humedad, quebrado y compactado; y cuatro, maíz rolado al vapor, cocinado y aplastado.
Tanto el grano húmedo como el rolado al vapor fueron mezclados con una cuarta parte de quebrado seco. En el primer caso, para optimizar sus efectos y reducir el riesgo de acidosis, y en el segundo, si bien es más seguro, para trabajar en situaciones comparables entre ambas.
“Armamos las dietas según la literatura previa y, a la vez, imitando las que podría utilizar cualquier productor en su establecimiento, incluso en el feedlot comercial de Biofarma que complementa y da sustentabilidad al centro experimental”, comentó Bollatti.
Derribando mitos
Tras 100 días de engorde, con mediciones a campo y en la industria, los resultados obtenidos en materia de procesamiento se alinearon con la revisión bibliográfica.
“Demostramos que el tratamiento del grano, ya sea quebrado seco, grano húmedo o rolado, no sólo optimiza la ganancia diaria y la conversión alimenticia, sino la producción de carne y el grado de terminación de la res, comparado con el grano entero”, señaló.
A modo de ejemplo, se registró una mejora en la conversión de 11% para maíz quebrado, 18% para maíz grano húmedo y 17% para rolado al vapor, respecto al maíz entero. A su vez, hubo otro salto de 7% para maíz húmedo y de 6% para rolado al vapor, comparado con el maíz quebrado.
“Entre el grano húmedo y el rolado a vapor los resultados fueron prácticamente los mismos, lo cual resalta la fortaleza del primero, una tecnología disponible para todos y que muchos feedlots ya utilizan. En nuestro caso, el húmedo se complementa con el rolado a vapor, que aporta otros beneficios como una producción constante a lo largo del año, además de reducir riesgos de acidosis, aún con alta inclusión, así como una mayor palatabilidad”, subrayó.
Para Bollatti, la principal conclusión es que la mejora en la performance es independiente del tamaño del animal. “La diferencia entre tratamientos es menor en hacienda liviana, pero de cualquier manera existe y esto es clave porque se trata de un negocio de márgenes muy reducidos, de centavos. Al contrario de lo que muchos piensan, procesar el grano es tan importante en animales livianos como en pesados”, destacó, presentando uno a uno gráficos ilustrativos con parámetros por categoría.
La ganancia de peso vivo
Se registra un marcado incremento en las ganancias de peso diarias a medida que aumenta el grado de procesamiento del maíz, en ambas categorías. “En el gráfico, se puede observar claramente como la falta de tratamiento del grano limita la ganancia diaria. Recuerdo una nota del Ing. Agr. Pordomingo, en Valor Carne, allá por el año 2020, donde identificaba esta misma problemática, bueno, ahora la pudimos evaluar y cuantificar en un mismo ensayo”, señaló Bollatti.
La conversión alimenticia
La conversión también mejora con el procesamiento, sobre todo en animales pesados, con un efecto más marcado cuando se pasa de grano entero a los otros tratamientos. En los livianos la diferencia del grano entero respecto del quebrado es menor, pero significativa. “En ese sentido, nuestro ensayo derriba un mito que condiciona la producción de carne de consumo”, aseveró.
El peso de la res
El peso de la res, así como el área de ojo de bife, aumentan con el procesado (de 11 a 21 kg más por cabeza). “El costo de reposición de la hacienda es cada vez más importante, un desafío que se suma al alto precio del grano. Por eso, una práctica que nos permita maximizar la productividad individual es fundamental para el negocio”, afirmó.
El engrasamiento
Para novillos británicos, el nivel de grasa dorsal adecuado es de 7-8 mm en livianos y de 9-10 mm. en pesados. “Con el grano entero lleva más días lograr el mismo grado terminación que con el procesado, estrategia que permite enviar antes los animales a faena”, advirtió.
Para finalizar, el Ing. Agr. Marcelo Vilosio, Gerente General de Biofarma, resaltó que ganar eficiencia en el engorde justifica la mejora en infraestructura alimentaria. “Pienso que muchas veces no se tomaban este tipo de decisiones, porque no conocíamos cuál era el impacto que lograríamos en nuestros modelos productivos. Como empresa de nutrición animal, en el día a día con el productor, vimos que faltaba esa información y ahora, con este ensayo y otros que estamos haciendo, va a tener más herramientas para encarar los desafíos que enfrenta la ganadería intensiva. Las puertas de nuestro centro experimental están abiertas para que todos puedan ver y evaluar nuevas tecnologías”, concluyó.
Por: Ing. Agr. Liliana Rosenstein
Editora de Valor Carne
Publicación de «Valor Carne» de fecha 24-02-2022