Ante la irrupción de las compras de China y la gran demanda de proteínas animales a nivel mundial, un frigorífico dejó de procesar reses propias y se abocó a una actividad que escasea en el país. “Hay quienes faenan, despostan y envasan muy bien, pero congelar les significa un desafío. Nosotros les resolvemos el problema”, afirma Pablo Siracusa (h).
Pablo M. Siracusa.
Pablo M. Siracusa (35 años) es productor en la Patagonia y está al frente del frigorífico Agro Patagónico, ubicado en Avellaneda, Buenos Aires. De familia de larga trayectoria en la industria alimenticia, su padre llegó desde Sicilia, Italia, junto a sus hermanos y se dedicaron a la producción frutihortícola y ganadera. Luego se expandieron a la carne ovina, vacuna, pescados y mariscos instalando frigoríficos exportadores.
En diálogo con Valor Carne, el directivo explicó por qué dejaron de procesar carne bovina propia en la planta bonaerense (ciclos 2 y 3) y tras una inversión millonaria, además de trabajar reses de terceros a façon, se abocaron a los servicios de congelado para consumo y exportación, convirtiéndose en líderes en calidad de un segmento deficitario en el país.
“El frigorífico Agro Patagónico siempre funcionó como un “hub” del entramado industrial familiar porque está a 10 minutos del puerto de Buenos Aires. La mercadería se concentraba acá y luego se hacía la logística hasta el embarque”, recordó Siracusa, refiriéndose a los antecedentes que respaldan la actual posición de mercado de la firma.
Desde hace cinco años, siguen operando como multiespecie y multirrubro, con foco en los servicios a terceros.
¿Qué los impulsó a este cambio estratégico? “Por un lado, nuestra infraestructura es grande para el volumen de producción propia, lo que nos motivó a expandirnos en façon, podemos procesar por ejemplo 150 toneladas semanales de vacuno para China. Aunque lo más importante es que advertimos que el sector frigorífico tiene una capacidad limitada para congelar o terminar de llegar a las temperaturas deseadas”, indicó.
En ese sentido, “las plantas consumeras se han diseñado para faenar y vender medias reses, y el área de despostada y los túneles de congelación, no siempre son suficientes”, agregó.
En cuanto a las exportadoras, tuvieron un cambio drástico. Hasta hace cinco años el principal destino exterior era el enfriado a Europa y también vendían de este modo para el mercado interno. “Cuando irrumpió China como primer importador, que lleva todo congelado, el requerimiento de este tipo de frío creció enormemente y la capacidad quedó chica”, justificó Siracusa, aludiendo a que, a ciertas industrias, les conviene tercerizar antes que inmovilizar capital.
“La mayoría de nuestros clientes piensan: contrato el servicio de congelado cuando lo necesito, sé exactamente cuánto me cuesta, no tengo problemas operativos, acelero procesos en mi planta y me encargo de ser eficiente en mi especialidad que es producir carne. Además, a veces bajan los precios en China y no conviene exportar, entonces para que voy a invertir tanta plata para congelar”, opinó, agregando que otros ni siquiera tienen espacio para instalar más túneles. “Ahí es donde decidimos reconvertirnos de una planta que procesaba mercadería propia a una de servicios de excelencia”, planteó.
Con el plan de inversiones, el frigorífico Agro Patagónico pasó de congelar 500 a 1.000 t semanales de producto, en forma ultra rápida, o sea en 72hs, y a fin de año terminarán obras para llegar a las 1.250 t. Además, cuenta con 14.500 metros cuadrados de cámaras para almacenar 10 mil t de producto en cajas, lo que también les permite operar como depósito de terceros.
En cuanto al façoneo, pueden producir 1.000 t por mes de producto en cajas. “Creemos que somos muy buenos y muy confiables para dar este servicio, tenemos un equipo de profesionales que le prestan más atención a la mercadería de los clientes que si fuera nuestra”, aseveró.
Detrás de la excelencia
Al terminar todas estas obras, el frigorífico habrá ampliado en más del 100% la capacidad de congelado. “Si bien la infraestructura anterior ya era buena, la hicimos más amplia, segura y moderna, con una inversión millonaria en dólares de capitales propios”, sostuvo Siracusa. En tal sentido, se incluyó una sala de máquinas, cañerías, purgadores de gases y condensadores, bombas y tachos recirculantes, todo nuevo. También se desarrolló tecnología para lograr esa congelación ultrarrápida dentro de las cámaras y una mejor aislación de frío dentro de las mismas.
“Un diferencial de Agro Patagónico es que nuestros equipos, salvo los compresores, se fabrican localmente, bajo nuestra dirección u orientación. Mi padre, fallecido recientemente, era un profesional del frío y sabía muchísimo sobre estos procesos. Yo aprendí con él la operatoria y el management de una fábrica altamente especializada”, reveló.
Otro valor agregado de la firma son los recursos humanos, un total de 150 personas entre técnicos, operarios, asesores, ingenieros y demás expertos en frío y calidad alimenticia.
“En épocas de altas temperaturas y humedad, por ejemplo, es necesario cambiar las variables de la sala de máquinas constantemente. No es que se prende un botón y funciona, las temperaturas y las calorías con las que ingresa la mercadería para ser congelada, todo influye. Entonces, buscamos la mejor ecuación económica para ser eficientes sin despilfarrar energía. Es un arte que no abunda en la industria, no sólo acá en la Argentina sino en el mundo”, subrayó. Esta limitación se da en la mayoría de los países productores de carne pesar de que las plantas de frío y su logística ya están instaladas y asumidas dentro de la cadena alimenticia.
En cuanto a Agro Patagónico con su amplio expertise brinda servicios a medida de cada cliente y destino. “Producimos mercadería con o sin hueso, kosher o halal, que llega a la mayoría de las capitales del mundo”, pormenorizó.
Para China, por ejemplo, según lo que establece Senasa, la carne tiene que arribar a la planta con -15ºC, entonces terminan de congelar hasta – 25 en el núcleo de la carne. En tanto, para el consumo interno hacen el proceso completo, a partir de mercadería que llega con temperatura de enfriado.
Vender satisfacción
¿Qué le ofrecen al exportador? ”Le brindamos confianza, seguridad de mantener la calidad de la carne, garantizamos que nunca le faltará una caja, que no lo vamos a hacer esperar para cargar y descargar sus camiones, que se hará con un sistema veloz de 2 hs por transporte y que nunca tendrá que perder un turno en aduanas por falta de congelado. Básicamente le resolvemos sus problemas en el último tramo de la cadena productiva”, respondió.
¿Y al consumo interno? “En el mercado local también hay déficit de estos servicios y en nuestra planta siempre hay pallets listos para cargar, capacidad operativa, certeza y profesionalismo. No distinguimos los servicios según el destino de la mercadería, la tratamos con los mismos estándares de calidad”, subrayó. Y remarcó: “Somos parte de la necesaria modernización del mercado interno, procesamos 150 t por semana envasada al vacío congelada y en cajas, que es la tendencia mundial”.
¿A dónde se destina el congelado local? “A las zonas que reciben turismo, un nicho de mercado cada vez más activo, de alto valor, sea Patagonia, Misiones, Salta, Jujuy, ahí se distribuye todo congelado. Tenemos clientes que hacen una gama de productos para esos segmentos”, afirmó.
Por último, el empresario resaltó la importancia de sus servicios para los productores. “Creo que los beneficia porque le brindamos una mejor tecnología a la industria a la que le venden su ganado. Además, hay Asociaciones que faenan a façon y procesan, pero no tiene donde congelar la mercadería. Entonces, ellos también disponen de una solución al alcance de la mano”, aseveró.
Para Siracusa, quien entienda la necesidad de profesionalizar el último tramo de la cadena da un paso adelante para la producción argentina de carnes. “Hay quienes compran animales de calidad, faenan, despostan y envasan impecablemente, pero fallan a la hora de congelar y mantener los stocks”, señaló, refiriéndose a que se termina comprometiendo el producto por dar frío ineficientemente, deterioro del packaging primario o incumplimiento con el cliente final si se pierde un buque. “Pienso que nosotros, con nuestro servicio cinco estrellas, somos un eslabón clave porque agregamos valor a toda la cadena”, finalizó.
Por Ing. Agr. Liliana Rosenstein, Editora de Valor Carne
Publicaciòn de «Valor Carne» de fecha 6-04-2023